Estudian regular el uso de drones y cobrar tasas por su uso

I. ELICES
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El Área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento prepara una ordenanza y prevé formar agentes y comprar un aparato para la ciudad

El Área de Seguridad Ciudadana y Emergencias del Ayuntamiento percibe que cada vez son más las empresas que hacen uso de drones en la ciudad para llevar a cabo trabajos fotográficos, periodísticos o publicitarios, entre otros. La concejala Gema Conde considera que esta práctica «va a ir a más», por lo que ya está estudiando la elaboración de una ordenanza municipal que regule la ocupación del dominio público aéreo, igual que hay una que hace lo propio con el espacio terrestre de la ciudad. El planteamiento inicial pasa, asimismo, por cobrar una tasa a todas aquellas empresas que pretendan volar esos aparatos en la vertical del término municipal.

«No queremos que nos pille el toro, que llegue un momento en que se presenten en Burgos de forma masiva distintas entidades con sus drones y no sepamos qué hacer», comenta la edil popular. En España, reconoce Conde, «no hay muchos ejemplos» de ordenanzas que regulen esta materia, salvo en Alcobendas (Madrid). De ahí que su departamento esté sopesando acudir a una consultoría externa que asesore al Ayuntamiento acerca de cómo debe acometer la elaboración de esta normativa. Lo que está claro es que deberá incluir los principios recogidos en el Real Decreto 1036/2017 que regula la utilización civil de aeronaves pilotadas por control remoto. Es la norma que impone las obligaciones sobre la documentación que ha de tener el propietario; que establece las limitaciones de vuelo en espacios de Defensa, o que fija los requisitos de distancias de seguridad de terceras personas en despegues y aterrizajes.

Los trabajos para la elaboración de la ordenanza comenzarán en el mes de septiembre y para ello Seguridad Ciudadana y Emergencias pedirá colaboración a Licencias, un departamento «que tendrá mucho qué decir en todo este proceso». Conde habla incluso de que la nueva norma pueda integrarse en una ordenanza global que regule la ocupación tanto del espacio terrestre como del aéreo. En principio, la entidad que utilice estos dispositivos en Burgos habría de pasar por el Ayuntamiento para pedir una licencia, igual que ocurre para instalar una terraza en la calle. Además, como los drones llevan acoplados sistemas de grabación y fotografía, la concejala estima que debe existir una regulación destinada a proteger «la intimidad y el honor» de las personas, ya que «estos aparatos vuelan por las zonas más inverosímiles».

La ordenanza incluirá un capítulo de derechos y deberes de los usuarios; obligará a presentar un registro de la aeronave o establecerá zonas habilitadas y restringidas al vuelo en el término municipal.

El control sobre su cumplimiento dependería de la Policía Local, de la Policía Administrativa en concreto, que es la que se dedica a vigilar que se respetan todas las ordenanzas municipales. Y, evidentemente, existirá un régimen sancionador para quien vuele un dron sin licencia o no cumpla las prerrogativas de la norma.

El uso privado es uno de los aspectos que regulará la ordenanza, pero Conde también quiere integrar en ella los requisitos legales para el uso municipal. Considera que estos aparatos pueden «ser muy útiles» para el Ayuntamiento, sobre todo para el Área de Seguridad Ciudadana y Emergencias. Podrían servir para «el seguimiento de un incendio», para el control de la circulación en caso de accidente en zonas no controladas por cámaras de tráfico, etc. Como puede que otras concejalías también aprecien que les pueden ser de ayuda para su trabajo, en septiembre recibirán una comunicación para que expresen si tienen algún interés en su utilización. El propósito inicial de la Concejalía pasa por formar a agentes de la Policía Local –en principio serían dos- en el pilotaje de este tipo de aeronaves no tripuladas. Esos dos efectivos serían los que se encargarían del manejo de los drones para todo uso municipal. Asimismo, Conde manifiesta su intención de adquirir un aparato para el Ayuntamiento con el que empezar a trabajar y a observar «qué beneficios» puede aportar «en el plano de la seguridad, pero también para otras áreas». En resumen, Conde explica que a la ciudad no le puede sorprender desprevenida «la irrupción de este tipo de aparatos que son presente y futuro».