El Papa remite el acta que nombra venerable a fray Sebastián Elorza

I.M.L. / Aranda
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Este hermano no clérigo pasó casi toda su vida religiosa en el monasterio ribereño de La Vid y allí desarrolló la labor de servicio al prójimo que le ha valido esta distinción

 
El Papa Francisco ha remitido de manera oficial el decreto sobre las virtudes de Sebastián Elorza Arizmendi, hermano profeso de la Orden de San Agustín que falleció en 1942 y que ahora entra a formar parte de manera oficial de los Siervos de Dios tras comprobarse, en un largo proceso que comenzó en julio de 1968. Fray Sebastián, aunque de origen guipuzcoano, ya que nació el 31 de octubre de 1882 en la localidad de Idiazábal, pasó toda su vida religiosa en el Monasterio Agustino de Santa María de La Vid, donde inició su formación en 1900 y donde, a excepción de seis meses que pasó en Gijón, desarrolló toda su labor.
En el documento oficial del Vaticano, remitido por el secretario Marcelo Batolucci y el cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, se incluye la reflexión realizada por Francisco I que declaró que «consta que el Siervo de Dios Sebastián Elorza Arizmendi, profeso laico de la Orden de San Agustín, en el caso y a efectos de lo que se trata, vivió en grado heroico las virtudes teologales Fe, Esperanza y Caridad, así como las cardinales Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza y sus anejas». Este decreto oficial, con el sello papal, ya está en las dependencias del Monasterio de La Vid.
Este es el primer fraile agustino de La Vid que alcanza una distinción similar, aunque otros padres agustinos que han alcanzado la beatificación también se formaron en esta casa, lo que supone un gran orgullo para los integrantes de la congregación agustina que ocupa ahora este monasterio ribereño. «Supone una gran alegría, un sano orgullo, conocido porque aquí se mantiene siempre la memoria, se recuerdan anécdotas, curiosidades, detalles y están sus restos ahí presentes», asegura el padre José Serafín de la Hoz, archivero de la congregación y animador del proceso relativo a fray Sebastián Elorza, cuyos restos descansan desde su nombramiento como venerable en la iglesia del monasterio. 
El siguiente paso sería el nombramiento de beato, aunque los trámites se dilatan mucho en el tiempo ya que tiene que haber publicidad del proceso, publicaciones, rezos específicos pidiendo su intercesión y que se acredite que ha mediado en algún milagro, pero aún no se conoce que este venerable fraile haya hecho milagro alguno.
Sebastián Elorza desempeñó la labor de portero del monasterio agustino de La Vid, atendiendo a todo aquel necesitado, material o espiritualmente hablando, que se acercaba por allí. Murió a causa de una enfermedad respiratoria que se agravó con fatal desenlace tras salir en pleno mes de diciembre a preparar un brasero de carbón para que se calentasen los que andaban a las puertas del monasterio. Una vida sencilla, sin grandes obras, pero centrada en el servicio a los demás, y la devoción a la Virgen de Santa María de la Vid y a la Eucaristía.