Es difícil elegir la más grande infamia que cometieron los ganadores de la Guerra Civil ocurrida tras el golpe de Estado del general Franco en 1936 pero quizás se acerque mucho a ese título la ‘depuración’ -fusilamientos, exilio, inhabilitación- de miles de personas que se dedicaron a enseñar a los niños españoles y a tratar de sacar a este país de la ignorancia que arrastraba por siglos. Fueron los maestros y las maestras de la República, tan injustamente olvidados por décadas. Sobre todo ellas, como casi siempre ocurre.

Ahora un documental las saca del ostracismo histórico y enseña la enorme magnitud de su labor. Las maestras de la República se estrena en Burgos el próximo lunes (a las 19,30 horas en el Teatro Principal) de la mano de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT. A través de la recreación de una maestra de la época y de imágenes de archivo inédita, esta película recuerda su legado, el de un tiempo en el que la figura del maestro y la maestra «se dignificó hasta el punto de considerarles el alma de la escuela», según indicó Javier Román, secretario general en Burgos. El régimen que se inició en la primavera de 1931 supuso  un increíble avance en materia de derechos para las mujeres, unos derechos que, a juicio de Esther Peña, secretaria de Organización del PSOE burgalés, en la actualidad están retrocediendo a pasos agigantados «con un ministro de Justicia que ha cedido al chantaje de los obispos», en referencia a la modificación de la Ley del Aborto que planea Alberto Ruiz Gallardón y con los recortes en la dependencia que supondrán la pérdida de miles de empleos femeninos.

En aquellos tiempos eran otras las inquietudes y las maestras fueron «unas mujeres valientes que participaron en la conquista de los derechos de todas la mujeres y en la modernización de la educación basándola en los principios de la escuela pública y democrática».