Clases casi particulares

H.J. / Frías
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En Frías, 14 niños tienen a su disposición a seis profesores y un comedor. Los maestros de este tipo de centros se implican mucho y tienen un alto coste para la administración, pero ayudan a dar vida al pueblo

 
 
Todavía no son las 9:30 y en los alrededores del colegio público San Francisco ya resuena el jaleo. Mientras la localidad se está desperezando y los adultos caminan con ritmo cansino, los niños y niñas de Frías demuestran una vitalidad apabullante desde primera hora de la mañana. Algunos vienen desde localidades cercanas como Quintanaseca o Tobera y otros solo tienen que cruzar la calle para entrar en clase. Es la suerte de tener escuela propia.
La de Frías es una de las más pequeñas de Burgos con solo 14 alumnos: 8 en Primaria y 6 en Infantil. Es poco más que una gran familia pero por sus dificultades de organización y pedagógicas está considerado como un centro de difícil desempeño. Con ventajas e inconvenientes. Ainhoa Firvida es su directora este curso. Pese a ser interina le ha tocado la complicada labor de sacar adelante un centro cuya supervivencia pende de un hilo aunque, mientras resista, tiene felices a los padres de la localidad e implicadas a las seis profesoras que trabajan en él: dos a tiempo completo y cuatro itinerantes que imparten religión, educación física, música y refuerzo.
Hay que tener mucha vocación para prepararse una clase sobre el cuerpo humano que puedan seguir simultáneamente niños que apenas saben leer y otros que tienen ya 11 años. Firvida es una convencida de las bondades de esta convivencia, «porque a los alumnos les enseña a ser autónomos, a ayudarse entre ellos y a buscarse la vida», pero explica que a los maestros les supone más tiempo de trabajo fuera del aula, echarle imaginación y desarrollar nuevas metodologías de enseñanza.
Marta Carrasco, responsable de Acción Sindical de la Federación del Sindicato de Trabajadores de Enseñanza Stecyl, admite que «es difícil desde una perspectiva urbana entender que este tipo de centros siga abierto y somos la  única comunidad que abre escuelas con cuatro alumnos, pero hay que mirar nuestra realidad. Es importante hablar con las familias y escuchar cuáles son sus razones para mantener estas escuelas».
Carrasco apunta que «la gran mayoría del profesorado de estos centros está muy contento, aunque cuando llegan por primera vez y tienen que hacer malabares para dar varios niveles al mismo tiempo se les hace un mundo».
En paralelo a la implicación personal de los docentes, la administración realiza un esfuerzo presupuestario desproporcionado en relación al número de alumnos. A los salarios de los profesores (que podrían estar dando clases a 25 personas en lugar de a 6) se suma el gasto del comedor o del mantenimiento del propio edificio. Los maestros saben que desde el punto de vista económico eso no es rentable, pero lamentan que ellos suelen ser los paganos de la situación con constantes cambios de destino, una falta de reconocimiento de las complicaciones de estos colegios rurales (si son interinos no obtienen puntos para futuras oposiciones) o una desmotivación derivada de los lastres de la burocracia. 
Firvida, en cualquier caso, es también muy crítica con ese porcentaje de sus compañeros que carecen del aspecto voacional, algo imprescindible para tratar con niños e intentar motivarles a ellos.
El pueblo, cuenta la directora, se vuelca con el colegio. Tanto la Asociación de Madres y Padres como el Ayuntamiento colaboran con lo que pueden porque consideran la escuela como un valor importante de su localidad. Así cubren, por ejemplo, las deficiencias en renovación de equipos. No saben hasta cuándo aguantará el ‘San Francisco’ pero mientras puedan las risas y los gritos seguirán llenando las mañanas fredenses.
 
Centros públicos 
de infantil 
y primaria cerrados en Burgos desde el año 2000
 
Nuestra Señora de Belén 
en Aranda de Duero. Es un cierre no por falta de alumnado, sino por haber quedado reducido a población gitana, que la administración ha decidido distribuir por el resto de colegios de la localidad.
 
Eugenio Isasi
conocido como “Parralillos”, en Burgos capital, es un caso idéntico al anterior.
 
MIGUEL DE CERVANTES
en Burgos capital, con muy poco alumnado al quedar entre el “Fernando de Rojas” y el “Sánchez Albornoz”.
 
SAN ROQUE
de Fresno de Riotirón.
 
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES
de Montorio.
 
HERMANOS ESCRIBANO
de Pedrosa del Príncipe.
 
SAN JUAN
de Peral de Arlanza.
 
NUESTRA SEÑORA DE LA ANTIGUA
de La Puebla de Arganzón.
 
MIGUEL DELIBES
de Sedano.
 
SAN MIGUEL
de Sotresgudo.
 
Centros con cambio de nombre o sustituidos por nuevo edificio
 
CEIP San Pablo
de Burgos, ahora llamado “Sierra de Atapuerca”
 
CEIP
Hispano-Argentino
de Burgos, ahora “Venerables”, 
 
ceip las torres
de Burgos, hoy “Miguel Delibes”.