Nuevos cierres de colegios y unidades en el curso 2015 recién comenzado

diariodeburgos.es
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La recuperación escolar de algunos núcleos rurales, producto de un repunte de la natalidad entre quienes han vuelto al pueblo para vivir en estos tiempos, no consigue frenar el cierre de centros escolares y unidades

La recuperación escolar de algunos núcleos rurales, producto de un repunte de la natalidad entre quienes han vuelto al pueblo para vivir en estos tiempos, no consigue frenar el cierre de centros escolares y unidades. Ese goteo paulatino que año a año va privando a la geografía provincial de aulas abiertas ha afectado especialmente en este curso 2015/2016 a las localidades de Quintanilla del Agua y Villafruela (ambas en la comarca del Arlanza) así como a Berlangas de Roa. Las tres han perdido el colegio, que a su vez dependía de un Centro Rural Agrupado.
Es distinto que se cierre un CRA a que lo haga una unidad dependiente de ellos. Su impacto es menor cuantitativa y cualitativamente y supone un cambio menos traumático del mapa educativo, pero al fin y al cabo afecta a los niños, a los padres y en definitiva a toda la sociología del pueblo que se queda sin alumnos y que se convierte, como tantos otros, en un emisor de pasajeros de los autobuses escolares que cada mañana recorren la geografía provincial. 
Si en lugar de centros nos fijamos en la estadística de unidades, los datos facilitados por el Sindicato de Trabajadores de Enseñanza de Castilla yLeón (Stecyl) recoge que la provincia ha ganado cinco unidades. El sorprendente crecimiento es gracias a la incorporación de siete clases en el colegio de Fuentecillas. Si no fuera por él el balance sería negativo con cierres en Gumiel, Ibeas, Briviesca, Medina, Aranda y Miranda, aunque también hay ejemplos de nuevas unidades en centros de la localidad mirandesa, Villasana de Mena o Burgos capital.
La Junta de Castilla y León, como recuerda el director provincial de Educación, Juan Carlos Rodríguez Santillana, tiene establecido como criterio y compromiso que se mantendrá un centro público, especialmente en el mundo rural, mientras haya un mínimo de cuatro alumnos matriculados. Sin embargo, es habitual que, aún por encima de esa cifra, las familias o los propios ayuntamientos pidan el cese de la actividad y el traslado de todos los alumnos al centro comarcal más próximo. ¿Por qué?
Este ha sido el caso tanto de  Villafruela como de Berlangas de Roa, que de momento quedan ‘congelados’ pero que podrían volver a funcionar como ha sucedido hasta dos veces en Santo Domingo de Silos. Concretamente en Villafruela, una de las madres del centro explica sus razones:
Marta Calvo tiene tres niños (Jorge, Carmen y Julia) de diferentes edades y cree que «las escuelas unitarias no funcionan mal cuando hay pocos alumnos, y el trabajo de los profesores es intachable, pero cuando pasan a ser más hay un abismo. Los profesores tienen que atender a muchos niveles diferentes y el aprendizaje se ralentiza».
Calvo sabe que con esta opinión debe enfrentarse a la incomprensión de quienes no entienden cómo se deja ‘morir’ un colegio en el propio pueblo, pero tiene otras razones: «Sobre todo a nivel de socialización de los niños. Cuando son tan pocos no pueden ni jugar un partido de fútbol, si hay diferencias de edad entre ellos no tienen nada en común y los comportamientos de casa, por ejemplo los celos entre hermanos, van de ida y vuelta al colegio».
Sus niños ahora van a Lerma y eso a los padres les genera incomodidades porque tienen que estar pendientes del autobús o porque ahora se echarán amigos en otras localidades que obligarán a desplazarse los fines de semana o a los cumpleaños, pero Marta está convencida de que el cambio será bueno para sus hijos. «De momento están encantados, tienen muchísimos amigos y además académicamente han llegado a buen nivel gracias al trabajo que hacían los profesores en la escuela unitaria». Solo el tiempo dirá si los padres de Villafruela han errado o no en su decisión.
 
Se cumplen dos años sin clausura de CRAS. Más allá del cierre de escuelas, hace ya dos años que no hay que lamentar el cierre de ningún colegio completo en la provincia de Burgos. El último fue el ‘Nuestra Señora de las Mercedes’ de Montorio, que, administrativamente ha sido suprimido de la lista oficial de centros escolares de la Junta de Castilla y León hace tan sólo unos días porque cuando un centro deja de funcionar permanece entre uno y dos cursos existiendo aunque sin actividad. Si transcurrido ese tiempo ésta no se recupera, se suprime a todos los efectos.
El de Montorio sucedió a los de La Puebla de Arganzón y el Miguel de Cervantes de Burgos en el listado de centros escolares cerrados. Este trío, junto a otros siete ejemplos en los que se entremezclan localidades de tamaño muy distinto, forman la decena de clausuras registradas desde el año 2000 en la geografía provincial.
El futuro del resto es incierto.  El director provincial de Educación admite que «ciertamente existen en este momento centros ‘en precario’», que serían cuatro o cinco según sus cálculos, pero prefiere no ofrecer sus nombres para evitar «marcarlos» y darles prácticamente por muertos de cara a las familias afectadas. El año pasado, este mismo periódico ya mencionaba los casos de Sasamón, Cerezo de Río Tirón o Pampliega como colegios en peligro y también podría estar en esta situación el de Frías o el de Santibáñez Zarzaguda, aunque Rodríguez Santillana se resiste a señalarlos.
Eso sí,  recuerda que «muchas veces un centro parece estar en la irremediable cuesta abajo y luego remonta, y pone como ejemplo el centro ‘San Miguel Arcángel’ de Escalada. Esta dotación desapareció hace más de 30 años, y primero de manera provisional y más tarde de forma definitiva, regresó a la actividad a finales de la década de los 90. Su pujanza ha sido tal que incluso se ha construido un nuevo y muy interesante (desde el punto de vista arquitectónico) edificio escolar.
En torno a la educación en las pequeñas localidades fluyen muchos debates. El responsable provincial de Educación apunta que el aumento de población rural, centrado en determinadas localidades, no tiene por qué significar ni el cierre ni la apertura de centros escolares de tipo unitario y señala que hay estudios al respecto que así lo demuestra. Y concluye con su propia reflexión: «Procuro no confundir escuela en el medio rural con escuela para el medio rural, e invito a hacerlo a los demás».