100 inspecciones policiales y de Trabajo en 2 años 'apaciguan' las Bernardillas

I. Elices / Burgos
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El Ayuntamiento ha efectuado 30 controles de horarios de cierre, de ruidos y de drogas. Desde 2012 se han contabilizado solo 9 peleas

Varios clientes, en la terraza del Gastro Burger. - Foto: Valdivielso

Han transcurrido casi dos años desde que el Ayuntamiento anunció la puesta en marcha de un plan de choque para ‘pacificar’ las Bernardillas, poniendo fin a las infracciones que algunos pubs cometían para abrir a altas horas de la madrugada como si se tratara de una discoteca. Acogían a los más rezagados de la noche y ya en plena mañana en ocasiones la juerga se tornaba en peleas que contribuyeron a crear una imagen nociva de toda la zona, no solo para los bares de copas que sí cumplen la legislación sino para los que servían el vermú al mediodía.

La Concejalía de Seguridad Ciudadana diseñó un plan junto a la Subdelegación de Gobierno para poner coto a todas las prácticas ilegales en que incurrían por entonces tres o cuatro pubs de la zona. Desde el cambio de la normativa de apertura y cierre de establecimientos públicos, competencia de la Junta de Castilla y León, unos pocos locales del entorno de la plaza de Roma aprovechaban -algunos lo siguen haciendo- para abrir a partir de las 6 de la mañana como bares de copas, cuando en teoría ni siquiera pueden tener aparatos de música, puesto que el tipo de licencia que emplean se concibió para dar desayunos a primera hora.

Y así, en los dos últimos años el Ayuntamiento y la Inspección de Trabajo han llevado a cabo un centenar de inspecciones orientadas a que los establecimientos de Bernardillas cumplan con la normativa. La Policía Local ha centrado sus intervenciones sobre todo en controlar los horarios de cierre de los bares que solían abrir a las 6 para, en teoría, servir cafés. En la práctica recogían a jóvenes aún de marcha para seguir sirviéndoles copas. Un total de 11 actuaciones en este ámbito han realizado desde principios de 2012.

Asimismo, los agentes de la Policía Local han trabajado en el control de ruidos de esos establecimientos, con mediciones y precintos de equipos de música y megafonía, que han desanimado a los propietarios de esos pubs a seguir abriendo con la frecuencia de antaño. Ocho intervenciones han efectuado en este contexto. Ydespués han tenido que acudir en cinco ocasiones para comprobar que los sancionados habían retirado sus equipos acústicos.

Su labor también se ha centrado en la vigilancia de que todos los locales cumplían con la normativa de terrazas (8 inspecciones); tenencia y consumo de drogas dentro de los establecimientos (3); exhibición de licencias (2); colocación de la cartelería de conciertos (2); notificación de deudas (1); la exigencia de un plan de emergencias (1); el cumplimiento de expedientes sancionadores (5); daños contra el medio ambiente (3).

Asimismo, la Inspección de Trabajo ha girado 40 visitas a los bares y pubs de la zona con el fin de observar que cumplían con toda la legislación sobre empleo, es decir, controlando que los camareros trabajaban con contrato. Iniciaron 10 expedientes informativos por este motivo.

El férreo control a los establecimientos incumplidores es una de las causas de que la conflictividad haya disminuido allí. En dos años la Policía Local ha contabilizado 9 peleas, no todas ellas con heridos. En épocas anteriores la cifra anual superaba esa cifra. La última reyerta tuvo lugar en agosto, cuando dos ciudadanos del Este agredieron con una navaja a un compatriota. Pero se trató de un hecho aislado, un ajuste de cuentas por viejas rencillas que además se produjo a primera hora de la madrugada, no por la mañana, como era lo habitual.

«Basta que ahora presumamos de zona tranquila para que pase algo», afirma un representante de los hosteleros de Bernardillas. Lo cierto es que la fatalidad, el hecho de que sea un lugar donde se congregan tantas personas, puede dar lugar en cualquier momento a una pelea, «pero como en cualquier parte de la ciudad, no solo en zonas de copas», señalan.

En todo caso, los hosteleros de Plaza de Roma, asociados a Zona G, consideran que no solo la acción policial es la que está contribuyendo a apaciguar la zona. El cierre de la discoteca Infinity, en las Torres, ha reducido el tránsito de personas desde Bernardas hacia Gamonal. «Antes algunos cerraban los pubs de las Bernardas, pasaban por Infinity y después acudían a los bares de Bernardillas que, aprovechándose de la reforma de los horarios de cierre, abrían por la mañana», explican las mismas fuentes. Ahora ese flujo de personas se ha reducido. La crisis también ha contribuido a ello. Buena parte de la clientela de esos locales era extranjera, sudamericanos y del Este. «Y ahora no salen tanto, quizás por falta de recursos o porque muchos han abandonado Burgos», aventuran.

Asimismo, buena parte de los establecimientos de la zona han cambiado su filosofía y no se dedican a la noche y la madrugada.  La falta de clientela ha provocado que una decena de locales renovaran no solo su aspecto sino su forma de trabajo, «para llegar a un sector de la población que toma el café y las copas por la tarde y le gusta disfrutar tranquilamente de las primeras horas de la noche». «Pero Bernardillas ya no es una zona de marcha, como son Las Llanas o las Bernardas; ahora es otra cosa», señalan.