El Mapa del Ruido plantea zonas limitadas a 30 por hora

B.G.R. / Burgos
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Es una de las propuestas que contempla el plan de acción para reducir la contaminación acústica. El Ayuntamiento estudiará las medidas, que no son de obligado cumplimiento

El tráfico rodado es uno de los principales focos sonoros en Burgos. - Foto: Alberto Rodrigo

El Mapa del Ruido de Burgos concluyó que la ciudad no se caracteriza por altos niveles de contaminación acústica, aunque estos siempre se pueden mejorar. Por eso, el documento de análisis, encargado por la Junta y elaborado por la empresa Audiotec, lleva consigo una propuesta de plan de acción con medidas correctivas  orientadas, principalmente, al transporte, el mayor foco de emisiones sonoras de las urbes. En  unos casos ya están en marcha y en otros deberá valorarlas el Ayuntamiento, puesto que no son de obligado cumplimiento.

Algunas de ellas son de carácter genérico y pasan, como es lógico, por el fomento de la movilidad colectiva, eléctrica o híbrida, el uso de la bici o la promoción del vehículo compartido, a lo que se unen otros mecanismos concretos como la colocación de bandas reductoras de ruido en la calzada. Sin embargo, hay otras medidas más directas que afectarían a los conductores. Una de ellas, quizás la más llamativa y siempre teniendo en cuenta que es una propuesta, es la creación de las llamadas zonas 30, orientadas a disminuir la velocidad en áreas urbanas que no formen parte de la red principal y que presenten intensidades  diarias menores de 5.000 coches.

«La disminución a un máximo de 30 kilómetros por hora permite reducciones sustanciales de la contaminación acústica, además de los peligros del tráfico», recoge el plan de acción, que actualmente se encuentra en exposición pública. Pero la puesta en marcha de una acción como esta no resulta tarea fácil, ya que supondría actuaciones en la regulación normativa, en la reordenación de la circulación y en materia urbanística, debido a que se requieren intervenciones como la ampliación de las aceras o una mayor presencia de vegetación y de elementos protectores para los peatones.

Otra de las acciones contempladas en lo que a movilidad se refiere tiene que ver con el uso de pavimentos especiales y el mantenimiento de la calzada. Así, se recomienda el empleo de asfaltos fonorreductores en nuevas vías y calles reacondicionadas, y que a la hora de realizar las campañas de asfaltado se dé prioridad a aquellos barrios en los que su población esté más afectada por el ruido. En el caso de Burgos, y según el Mapa aprobado el año pasado,  en estas zonas están incluidas calles Vitoria, Madrid, avenida de la constitución, plaza del Rey o Francisco Salinas, entre otras.

urbanismo. Más allá del transporte, el documento que complementa el Mapa del Ruido recoge también otras medidas relacionados con el planeamiento urbanístico. En este sentido, destaca la importancia de incluir la variable acústica en el PGOU, teniendo en cuenta, por ejemplo, la «creación de itinerarios que faciliten y encaucen el flujo de los vehículos por un recorrido que genere menor impacto acústico o suavizar las pendientes de las vías».

La propuesta de plan de acción elaborada toca también ámbitos como las obras y las edificaciones, que deberían someterse a criterios acústicos. Pero no se olvida de otros aspectos más cotidianos como la gestión de determinados servicios municipales, donde entrarían la recogida de residuos o el mantenimiento de los jardines. Es aquí donde se propone, por ejemplo, la optimización de horarios y rutas, una mejor distribución de los contenedores,  y el uso de maquinaria eficiente.

La empresa Audiotec, encargada de elaborar el estudio a instancias de la Junta, precisa que se trata de un documento de trabajo, que no es de obligado cumplimiento, pero cuyas medidas no está recogidas de manera gratuita. «Es una batería de propuestas que sabemos que funcionan bien para reducir la contaminación acústica», explica la consultora.

Desde el Ayuntamiento, la concejala de Medio Ambiente, Carolina Blasco, asegura que se estudiarán las medidas recogidas en el plan de acción, si bien precisa que se trata de un trabajo donde están implicadas distintas áreas municipales. De hecho, el informe deja claro que se trata de un proyecto de «toda la ciudad», que deberán liderar e impulsar, eso sí, los responsables municipales.