El PSOE apostó ayer por la unidad del partido para ganar las elecciones autonómicas y municipales de mayo, un valor que reivindicaron tanto la líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, como el secretario general del partido, Pedro Sánchez. «Aspiramos a todo, podemos ganar y gobernar», afirmó el socialista al cerrar el Comité Federal de la formación. Sin embargo, la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía no escuchó esta última arenga del líder del PSOE, ya que fue de las primeras en abandonar la sede de Ferraz, poco después de su intervención y tras escuchar las intervenciones de tres de sus compañeros, el asturiano Javier Fernández, el catalán Miquel Iceta y la vasca Idoia Mendia. Pero sí escuchó, junto al resto de cerca de 300 miembros del Comité Federal, el discurso inicial del secretario general, en el que subrayó que «todo el partido, unido, está al servicio» de los candidatos que se presentan a las elecciones «para ganar a la derecha» el 24 de mayo y para liderar el «cambio seguro» que necesita España. Sánchez insistió en que las elecciones del pasado domingo, que demostraron que el PSOE en Andalucía es «un gran partido, un partidazo», dejan claro que los socialistas son la izquierda que puede ganar al PP, un partido que sabe desde ese día que va a perder en las urnas. A su juicio, la formación de Mariano Rajoy tiene «un problema de liderazgo, de relato y de proyecto» y ellos poseen la «oportunidad» de gobernar. Susana Díaz también se mostró segura ante sus compañeros de que la victoria en Andalucía abre la puerta a otras en 2015. De lo que no ha habló nadie en esta cita fue de primarias. No lo hizo el secretario general, Pedro Sánchez, que en el primer Comité Federal que celebró confirmó su intención de ser el candidato. Además, este cónclave aprobó las candidaturas para los comicios autonómicos y municipales de mayo, que fueron renovadas con respecto a 2011 en un porcentaje del 83,6 por ciento. Estas listas recibieron los votos en contra del exsecretario general del PSM Tomás Gómez y de otros siete militantes próximos a él pero cosecharon el 95 por ciento de los apoyos, lo que generó «satisfacción» en la dirección de Sánchez.