No había muchas esperanzas puestas en la reunión que la patronal del sector de la limpieza y los sindicatos iban a celebrar ayer en el Servicio de Relaciones Laborales (Serla). Menos aún después de que las trabajadoras hubieran animado este martes a sus representantes a convocar una huelga en septiembre si no se producían avances. Contra todo pronóstico, ambas partes cedieron en sus pretensiones y, aunque faltan flecos por resolver, el acuerdo se llegó a acariciar.

Aunque nada se puede dar por hecho hasta que no se produzca la firma del acuerdo, parece que solo el inmovilismo de las dos partes podría impedir el acuerdo. Más que nada, porque los sindicatos expresaron su conformidad a firmar una subida salarial del 6,5% durante los cuatro años de vigencia del convenio y la patronal llegó al 6,25%. Es decir, una diferencia mínima.

Más importante si cabe de cara a una posible firma es que las partes se pusieron de acuerdo en rebajar la jornada anual de las trabajadores del sector en 8 horas. Algo que la patronal se había negado hasta ahora y también por debajo de las pretensiones de los sindicatos que reclamaban que se redujera en 16.

En este punto, el problema viene porque los empresarios quieren que no se aplique hasta 2021 (último año de vigencia del convenio) y los sindicatos quieren anticiparlo a los ejercicios anteriores. Parece que es aquí donde puede estar la clave de la negociación.

Las partes se volverán a reunir el miércoles en el Serla. El acuerdo se acerca y la huelga se aleja, pero nada está escrito.