El que se sale de donde todos quieren entrar

ANTONIO PÉREZ HENARES
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El desafío de Mas quiere colocar a Cataluña en la dirección contraria; no los expulsa nadie de la UE, ellos solos son los que se autoexcluyen

En todos estos días de debate sobre Cataluña, no he visto mejor resumen de la situación que esta genial viñeta de Salado publicada en todos los diarios de Promecal - refugiados delante de las vallas de la UE tratando de entrar a toda costa en la Unión Europea mientras un alucinado Mas intenta escapar-, y que ha tenido una fuerte repercusión tanto en redes como en tertulias y comentarios. Hay que felicitar a Javi porque su dibujo, su imagen, ha servido mejor que miles de palabras para con un simple trazo explicar con toda sencillez y claridad el tremendo disparate al que los separatistas pretenden abocar a los catalanes.

Mientras el mundo, refugiados, emigrantes, gente de toda edad y condición intentan a toda costa, y pagando, a veces incluso con su vida, entrar en la UE , él y sus iluminatis lo que conseguirían si acabaran por imponer su plan, que no lo impondrán ni lo lograrán, es que los catalanes salieran y terminaran fuera de Europa, de sus tratados, de sus acuerdos, de sus fronteras, de su comercio, de sus ayudas, de ¿por qué no decirlo?, de los privilegios que los ciudadanos de la Unión tiene hoy con respecto al conjunto de la población mundial.

Porque ya más claro no se lo pueden decir. Se lo han dicho de todas las maneras, se lo han dicho todos los que tienen voz y autoridad para hacerlo, se lo han dicho por escrito, y se lo han dicho en publico y en privado. Se lo dice el Tratado de la Union Europea, se lo dice la Constitución española, se lo dice Obama, Merkel, Hollande, Cameron, Junker, se lo ha dicho hasta la BBC... Y, ahora, los empresarios en tropel, asustados los que más del dislate y sus consecuencias. De Europa, de España y de la propia Cataluña. Las Cámaras de Comercio reunidas en Burgos unieron a todos ellos su voz añadiendo un elemento de penalidad : saldrían de la Organización Mundial de Comercio con la penalidad arancelaria que eso conlleva.

En la fiebre en que se ha instalado una buena parte de la sociedad catalana puede que ni incluso esto les afecte. Que en ello estén decididos, aunque sea comiendo piedras. Pero hay una ingente cantidad de habitantes de la región a quien Mas y Junqueras quieren esconder, y mienten con el máximo descaro, intentando ocultarles lo que es una cruda y simple realidad.

bandera. Que esa bandera de la UE que ponen junto a la catalana, eliminando a la española, solo está allí porque en la Unión está España y está la bandera española. Sin ellas, Cataluña queda en las tinieblas exteriores y que no es que nadie los eche de ningún sitio, como le espetó el periodista británico ya irritado ante la mendacidad del tal Romeva negando la evidencia, es que son ellos quienes se marchan, quienes saltan la valla en dirección contraria, quienes dejan de estar y ser de Europa. No los expulsa nadie sino ellos mismos, los separatistas, que se van, en definitiva, que se autoexcluyen.

Es en ello donde la falacia de los dirigentes soberanistas está alcanzando las peores cotas. Están mintiendo a sabiendas. Intentan llevar a muchos catalanes al engaño ocultándoles lo que podría suceder. Es aquí donde se invalidan más que en ningún otro aspecto como líderes. Porque ellos bien lo saben, pero utilizando de una manera más que obscena el control sobre los medios de comunicación catalanes, pretenden que su pueblo no lo sepa. Les engañan y les mienten.

Las encuestas que estos días se publican en cascada son confusas y contradictorias. Prueba de la división y la zozobra totales. Pero, además, porque se insertan en una trampa de origen. Estas son unas elecciones autonómicas que eligen un Parlamento para decidir quién gobierna Cataluña, sin competencia alguna para proclamar secesión alguna. Que encima pretenden hacer aunque solo superen por un escaño y sin llegar ya no a la mitad del censo de población sino de los votantes. Para cambiar su propio Estatut se necesitan dos tercios de los diputados. Para proclamar la independencia, romper una nación, trocear un Estado, irse de la Unión Europea, vale, según su interpretación, con un escaño más en unas elecciones autonómicas. A este grado de calentura e insensatez ha llegado la fiebre. Queda una semana para que se recupere la cordura o reviente el mercurio.