En varias ocasiones ha visitado Pedro Sánchez Burgos como secretario general del PSOE y candidato a la Moncloa, pero la de ayer fue la primera como presidente del Gobierno. Lo hizo para presentar a quien aspira a liderar la Junta de Castilla y León, Luis Tudanca, con un discurso social, derivado de los presupuestos generales del Estado que así definió y que aprobó el Consejo de Ministros el pasado viernes, y para los que pidió directamente el voto a favor o la abstención al PPy a Ciudadanos.
Las previsiones de asistencia al acto de precampaña, en el que los proyectos que afectan a Burgos pasaron de puntillas, se desbordaron. Mil personas llenaron la tercera planta del Fórum Evolución, mientras que otras 500 tuvieron que quedarse fuera, segun informó la organización del evento. Comenzó con casi una hora de retraso respecto a la hora prevista (12 horas), justo cuando terminó el que Vox había organizado en el Hotel NH con la asistencia de su secretario general, Javier Ortega Smith.
Sánchez fue el tercero en intervenir. Un solo folio con un esquema con marcas de rotulador rojo fue su apoyo durante los 25 minutos que duró su intervención, que arrancó con elogios para Tudanca, a quien calificó como «compañero leal». Entró de lleno en materia aludiendo a quienes ahora dicen que ser «patriota es gritar todos los días ¡viva España!», mientras que para el PSOE consiste en «trabajar todos los días para se que viva mejor».
Mencionando al PP y a Ciudadanos y citando a la «ultraderecha», se refirió al discurso que defienden de que «cualquier tiempo pasado fue mejor» y subrayó que «viendo lo que se ve de la derecha, cualquier derecha pasada también fue mejor». No obstante, tanto a los dos primeros como al resto de la oposición les dijo que se abstengan o voten a favor de las cuentas estatales porque de lo contrario los ciudadanos no entenderán que se rechacen unos presupuestos generales que «no dejan a nadie atrás».
El presidente del Gobierno criticó a quienes en estos momentos ponen «en cuestión» derechos y libertades o banalizan leyes como la de violencia género. «Qué frágiles son las conquistas sociales», reflexionó, al tiempo que precisó que una vez que se consiguen empieza una defensa «que no termina nunca». Por ello, llamó a la movilización general contra las tres ‘derechas’ tanto de mayores como de jóvenes: «Tenemos que decirles que defendemos una España en positivo frente a la de blanco y negro».
Responsabilizó a los conservadores del auge de la extrema derecha al no tener «proyecto político, fragilidad en los liderazgos y su renuncia a combatirles con argumentos abranzando los suyos sin ningún tipo de rubor». En este sentido, lanzó un mensaje muy claro de que «nunca pactaremos con la ultraderecha» porque «somos un partido que defiende la Constitución», primero cuando estuvo en la oposición y ahora en el Gobierno.
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