Conocer antes de decidir

J.M. / Burgos
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Algo más de medio centenar de vecinos de Castrillo Matajudíos acudieron a la charla del arqueólogo Ángel Palomino sobre el origen de la localidad. El cambio de nombre se votará el próximo 25 de mayo

El arqueólogo explicó ayer que fueron los propios descendientes de la comunidad judía los que quisieron cambiar el nombre del pueblo - Foto: Tomás Alonso

 
Castrillo Matajudíos continúa con su hoja de ruta para la celebración del referéndum que decidirá el 25 de mayo si se cambia el nombre de la localidad para llamarse Mota Judíos o Mota de Judíos. Ayer, algo más de medio centenar de vecinos y conocidos se reunieron en la iglesia de esta pequeña población de apenas 60 habitantes para escuchar de boca del arqueólogo Ángel Palomino el origen del apellido de este tranquilo municipio situado junto a Castrojeriz. Lo que se pretende, si el resultado es positivo, es dar continuidad al estudio que ya se ha realizado y buscar financiación para realizar excavaciones en la colina donde se asentó la colonia judía en el siglo XI. La primera fase de esos trabajos, según calculó, tendría un coste de alrededor de 80.000 euros.
El alcalde de la localidad, Lorenzo Rodríguez, recordó que el día de las elecciones al Parlamento Europeo los vecinos podrán votar si quieren cambiar el nombre de pueblo y decidir, los que apuesten por ello, cuál de las dos propuestas les gusta más. En caso de empate a esta segunda pregunta, el regidor del Prcal avanzó que «será el Ayuntamiento» el que escoja cómo se llamará la localidad.
El ambiente ayer en Castrillo Matajudíos era tranquilo, si cabe un poco más animado de lo normal por las visitas de Semana Santa. Nadie en el pueblo se atrevía a pronosticar el resultado si bien ya hubo quien adivinó que«si el alcalde va a realizar la consulta es porque sabe que lo va a lograr».
Vega Rodríguez, que ahora vive en Palencia, quiso acudir a la charla «para apoyar el cambio de nombre». En su caso, por su origen judío que revelan los apellidos Rodríguez y Toledano. «Le hemos pedido al alcalde poder votar porque ya no vivimos aquí». Algo que se antoja complicado.
Palomino detalló que la primera vez que se tiene conocimiento del nombre de Castrillo de Matajudíos data del año 1.623. Un momento de contrarreforma religiosa en el que España necesitaba reafirmar su catolicismo (entonces empiezan a realizarse las procesiones de Semana Santa) y en el que probablemente la comunidad que queda de judíos conversos (no todos se expulsaron en 1.492) dieron origen al pueblo actual. Y «son esos cristianos nuevos, los bisnietos de esos convertidos, los que  más obligados estaban a acreditar que forman parte de la comunidad y los que de alguna manera vinieron a decir no nos aburráis más. Seguramente los más cristianos y antisemitas». 
En un mes se escribirá una nueva página de un lugar apellidado Matajudíos, que quiere reescribir su historia y abanderar su origen semita. Las urnas hablarán.