Los dueños de casas asentadas en la muralla piden ayuda para reforzarla

I.P. / Burgos
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La vivienda colindante a la panera que se vino abajo en enero se ha apuntalado, pero sigue sin estar garantizada la seguridad, por lo que la familia propietaria no ha regresado todavía

El apuntalamiento provisional de la pared de la casa colindante al inmueble que se vino abajo el pasado 27 de enero tras hundirse la muralla que lo sustentaba, no garantiza sin embargo su seguridad. De hecho, Justo, su mujer Daría y sus dos hijos, que desde ese fecha viven en casa de un familiar, no han regresado a su hogar y no parecen muy decididos a hacerlo por el momento «porque no puedo arriesgar la vida de mi familia», aseguraba ayer mismo el propietario de la casa.

Es mas, la sensación de inseguridad se ha ido extendiendo entre los propietarios de viviendas en ese tramo de calle al considerar que la muralla presenta algunos problemas estructurales y que seria necesario acometer obras de refuerzo, que deberían hacer ellos mismos porque el muro forma parte de la estructura de sus casas y es, por tanto, de su propiedad.

Sin embargo, ejecutar el refuerzo de la muralla supone unos costes que los dueños no pueden asumir solos, de ahí que ya se hayan reunido y hayan tomado la decisión de acudir al Ayuntamiento para buscar apoyo financiero y que éste a su vez, trate de recabar fondos de la Junta de Castilla y León para poder ejecutar un proyecto de refuerzo en un tramo que abarcaría unos ocho inmuebles. Los dueños entienden que ademas de las propias viviendas, también está en riesgo al integridad de los viandantes que puedan pasar por este paseo de la Puerta Real. Pero mientras este planteamiento va tomando cuerpo, lo importante sigue siendo garantizar la seguridad de las dos viviendas afectadas con el derrumbamiento de la muralla, la de Justo y Daría, y la panera.

Tras el relleno de hormigón para consolidar la superficie de la cara del muro, y su apuntalamiento, Justo sigue pendiente de la actuación en el inmueble mas afectado, el de la panera, que fue declarado en ruina unos días después  del suceso. Mientras no se actúe en este, no se podrá terminar de consolidar su propia casa.

Consolidación o derribo

 

Desde el Ayuntamiento se dio al propietario de la panera 24 horas para tomar las medidas oportunas que garantizaran su seguridad. Sin embargo, cualquier actuación a llevar a cabo sigue pendiente, ya que su dueño ha encargado informes técnicos para determinar la conveniencia de echar abajo el edificio o reconstruir la pared, una actuación que parece bastante costosa. Al parecer, la decisión adoptada es derribar el pajar pero el informe aún no se ha presentado en el Ayuntamiento de Castrojeriz, por lo que no es oficial.

En todo caso, la falta de actuación posterior a la retirada de piedras del paseo, eliminación de tendidos que discurrían por las fachadas de los inmuebles afectados y el desvío del alumbrado, ha provocado que el edificio en el que se vino abajo la muralla se haya deteriorado más, según constata el técnico municipal, y que, por tanto, el riesgo en la vía publica sea mayor.  En la parte que sostiene la cubierta se han detectado nuevas fisuras y flexiones en el  muro, por lo que de no actuar en breve, en uno u otro sentido, la panera puede sufrir nuevos derrumbes.

Por este motivo, el Ayuntamiento castreño apremia a su propietario para que tome una decisión y actúe ya. El próximo lunes se le exigirá nuevamente que tome las medidas oportunas que garanticen la seguridad en la zona.