La majestuosa iglesia parroquial de Cebolleros, en la Merindad de Cuesta Urria, esconde uno de los retablos más valiosos de la comarca. Datada en el siglo XVI, esta pieza renacentista ha permanecido durante años en muy mal estado, pero acaba de recuperar toda su belleza gracias a los trabajos de restauración que han promovido la junta vecinal de Cebolleros y la parroquia y que han costado 27.795 euros. El pasado día 7 se volvieron a instalar en el altar mayor las tablas del retablo y el sábado esta pequeña localidad celebrará su recuperación con una Misa, a la una y media del mediodía, y un aperitivo.
Vecinos y visitantes disfrutarán de la visión de un retablo que nunca han conocido con tanto color y detalle, ya que el humo de las velas que tantas veces lo iluminaron lo había oscurecido casi por completo y no permitía observar las pinturas de las tablas. Los ataques de insectos habían hecho de las suyas e incluso algunas piezas se habían desprendido, como la tabla que cerraba la caja del Calvario y que estaba cubierto por una tela hasta ahora.
La empresa Esdras Restauración y Conservación ha sido la encargada de devolverle el pulso a un retablo que el presidente del Ceder Merindades, Juan Esteban Ruiz, sitúa entre los más valiosos y antiguos de las Merindades. Precisamente por este motivo, la parroquia pudo contar con una ayuda de 19.160 euros del programa europeo Leadercal que gestiona el Ceder Merindades. Gracias a ella y a las aportaciones de la propia junta vecinal, la parroquia y la Asociación de Amigos de Cebolleros, el retablo parece otro y a partir de ahora podrán verlo los visitantes que llamen al teléfono de contacto que aparecerá en la puerta de la iglesia, ya que una de las condiciones del Ceder es que el patrimonio se muestre a las visitas.
Los cuatro evangelistas protagonizan las imágenes del banco. En el primer cuerpo, cuatro tablas reproducen a San Sebastián, San Bartolomé, Santiago y San Roque, mientras que en el piso superior se encuentran San Lorenzo, San Juan Bautista, San Juan Evangelista y San Huberto. Los patronos del pueblo, San Cornelio y San Cipriano están representados en dos imágenes en las hornacinas centrales, en las que también se encuentran las tallas de la Asunción de l Virgen y el Calvario de Cristo.
La casa por el tejado
Pero en Cebolleros no solo se han preocupado del retablo de su iglesia, sino que han buscado antes solución a las graves humedades que iban destrozando poco a poco todo el templo y su contenido y que incluso habían abierto una agujero en sus bóvedas. El alcalde pedáneo, José García Gómez, se empeñó a su llegada al cargo en 2007 que la iglesia iba a ser uno de sus objetivos y así ha sido.
Hace dos años concluyeron las obras de renovación completa de la cubierta. La junta vecinal con una ayuda de 20.000 euros procedente del ‘convenio de las goteras’ que entonces cofinanciaban la Diputación Provincial, la Junta de Castilla y León y el Arzobispado, invirtió 39.000 euros en estas obras.
Estos días, una empresa constructora se ocupa de la segunda fase de los trabajos, recuperar las techumbres del pórtico, la sacristía y una de las capillas. Se invertirán otros 20.000 euros, de nuevo con ayuda del ‘convenio de las goteras’, en el que ahora solo participan la Diputación y el Arzobispado. Al alcalde y al párroco, Lorenzo Carrillo, no obstante, les rondan aún más ideas, como la de renovar el suelo, restaurar las campanas o mejorar la contención del antiguo muro de la casa parroquial.