Descubren que 2 particulares son dueños de la calle Padre Silverio

J.M. / Burgos
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El Registro de la Propiedad detalla que el solar está a nombre de los Arranz Acinas y de una cooperativa. En el Ayuntamiento creen que tenían que haberles exigido el abono del IBI

La urbanización se realizó en el año 2003 tras un acuerdo con las comunidades de la calle. - Foto: Patricia

La gestión municipal que sirvió para arreglar la calle Padre Silverio en el año 2003 no deja de arrojar nuevas sorpresas. Si hace apenas un mes se supo que el Ayuntamiento había dejado de ingresar 27.400 euros de los 128.035 que tenían que haber abonado los vecinos (el 65% del coste de la obra), ahora la última novedad viene dada porque en la Concejalía de Patrimonio se acaban de enterar de que en el Registro de la Propiedad aparece que los dueños de ese suelo, privado pero de uso público, son dos empresas privadas y no las comunidades que hay junto al terreno. La primera consecuencia de esto, según apuntaron fuentes municipales, sería que el Consistorio también habría olvidado exigir el pago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Pero podría no ser la única.

Otra de las situaciones que se presentan es que el Consistorio, que aprobó en una Comisión de Gobierno de 2002 aceptar la cesión de la calle y aún no lo ha hecho, es que tendría que hablar con los dueños, y no con los vecinos, para poder cerrar ese traspaso. En el Registro de la Propiedad figuran como tales Arranz Acinas y la extinta Cooperativa de Viviendas del Servicio Español de Magisterio (Covisem). Salvo que exista un documento que diga lo contrario, el convenio que se firmó en su día con los vecinos podría haber sido papel mojado. Es decir, que si las comunidades no han sido nunca dueños de ese terreno, no tendrían por qué haber decidido lo que allí se hizo, ni asumir el pago de las obras.

En este momento, a lo que puede aspirar el Ayuntamiento es a reclamar las cinco últimas anualidades del IBI de ese suelo ya que los recibos anteriores habrían prescrito y ya no se podrían exigir.

El caso de Padre Silverio se suma al de Cicasa-Beyre, en el que el Consistorio dejó que caducara una de duda de 187.242 euros que tenían que haber abonado los vecinos. En esta otra situación, lo que llama la atención es que sí se sobraran con normalidad las cuatro primeras anualidades y que, salvo en el caso de una comunidad, dejara de ingresarse la quinta. Si se suman los dos olvidos, el Consistorio habría dejado de recaudar más de 200.000 euros.