Hay quienes hablan de una «guerra» entre ambas compañías y fuentes cercanas aseguraban que en el Consejo de Administración se plantearon «posiciones antagónicas sobre el futuro de la central». Las mismas fuentes señalaron que Iberdrola defendió su posición con informes, tanto internos como externos, que demuestran la inviabilidad económica de Garoña. Pero no hubo acuerdo.