Desplegar la colección del Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou y crear nuevas redes fuera de Francia, pero, sobre todo, promover el acceso del gran público al arte moderno y contemporáneo. Éstas son las premisas con las que abrió sus puertas ayer la delegación malagueña de la institución parisina, que se convierte en punta de lanza de su expansión internacional. Un recorrido multidisciplinar a través de un espacio de vida que, más que visitarse, se frecuentará. 

 La filial de Málaga, inaugurada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la ministra gala de Cultura, Fleur Pellerin, abrió sus puertas en el Cubo del puerto, transformado tras la intervención del artista Daniel Buren, como un laboratorio que servirá para experimentar y concretar ideas y que «dará lo mejor de sí mismo», en palabras del presidente de la institución parisina, Alain Seban. 

 El Centre Pompidou provisional, como lo llaman sus impulsores y que hoy ofrecerá jornadas de puertas abiertas, pretende despertar la curiosidad y la emoción del visitante. De hecho, el primer público al que se dirige es aquel que en un principio no iría a un museo. El edificio presenta un recorrido temático a través de una selección de más de 80 obras de la colección de la institución parisina, como Pablo Ruiz Picasso, Alberto Giacometti, Frida Kahlo, René Magritte, Marc Chagall, Rineke Dijkstra, Tony Oursler, Francis Bacon, Max Ernst, Chirico o Sophie Calle. 

 

muestras temporales. Junto a la permanente, este nuevo espacio propone una programación de dos a tres exposiciones temporales al año en un espacio de 363 metros cuadrados. Tendrán una duración que oscilará entre los tres y los seis meses y explorarán diversos segmentos artísticos, tales como la fotografía, el diseño, la arquitectura o el vídeo. Las dos primeras se dedicarán a las obras sobre papel de Joan Miró y al trabajo