El nazi que expolió San Nicolás

R.P.B. / Burgos
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Hispania Nostra dedica un reportaje a Ludwig Losbichler, miembro de la Gestapo y marchante de arte que vendió una tabla del Maestro de San Nicolás de Burgos

Tenía su centro de operaciones en Barcelona, pero se movía por toda España como pez en el agua, con la complicidad y el amparo de los jerarcas franquistas.Se llamaba Ludwig Losbichler. Era agente de la Gestapo y marchante de arte. Un buitre que, durante lustros, se dedicó a mercadear con obras de arte robadas: bien con piezas expoliadas por los nazis durante la II Guerra Mundial, bien con aquellas que caían en sus manos de sus constantes viajes por España, país que en plena posguerra no hacía absolutamente nada por proteger su patrimonio. El historiador  Francisco Fernández Pardo, uno de los más grandes de la dispersión y destrucción del patrimonio español, realiza en el último número de la revista Hispania Nostra un perfil de este personaje.

Un hombre sin escrúpulos de cuyos tejemanejes se supo hace unos años, cuando se descubrió la relación epistolar que durante años mantuvo con el  marchante parisiense Germain Seligmann, propietario de galerías en la ciudad del Sena y en Estados Unidos. En esos documentos, que fueron desclasificados por los servicios secretos británicos y estadounidenses y hechos públicos, queda reflejado un inventario muy completo: la lista de obras con las que traficó  Ludwig Losbischler que se han sido descubiertas hasta el momento.En ellas, aparece un tabla hispanoflamenca (estilo que al parecer apasionaba a Losbichler y a sus potenciales clientes, ya que son muchas y de autores tan afamados como Juan de Flandes las que aparecen en este ominoso inventario). Se trata de ‘La decapitación de SanMauricio e Hipólito’, del Maestro de San Nicolás de Burgos. Una tabla de 140 por 85 centímetros de la que nada se sabe.

René Jesús Payo, profesor de Historia del Arte de la UBU, conoce de los desmanes que Losbichler llevó a cabo en España y no sólo no le extraña que mercadeara con esa tabla en paradero desconocido, sino que quizás fuera él quien mediara para  que otras obras a este artista atribuidas, hayan terminado sus días lejos de Burgos, caso del ‘San Juan Evangelista’ que se conserva en el Museo de Arte de San Diego, o de otras obras que hoy son propiedad del Museo del Prado (‘San Agustín de pontifical’) o del Museo de Bellas Artes de Bilbao (que tiene en su colección tres tablas: (‘La Predicación de San Juan Evangelista’; ‘La Resurrección de Drusiana’ y ‘El Apóstol San Juan y la copa envenenada’).

Del Maestro de San Nicolás, según la Enciclopedia del Prado, destacan los tipos humanos, particularmente los masculinos, de cráneo aplanado, cabellos rizosos y escasa frente, facciones anchas y mentón casi trapezoidal, así como su expresión triste, ensimismada. Junto a esto, resalta también la presencia del oro en sus obras.

Hábil y escurridizo

Antes de recalar en España, Losbichler tuvo su radio de acción entre Tetuán y Tánger, representando a distintas empresas que exportaban e importaban bienes de todo tipo. Además, reclutaba y pagaba a delatores y espías para la Gestapo. En España, y avalado por su pertencia a la policía secreta nazi, gozó de protección por parte de los servicios de inteligencia franquistas, lo que le benefició para ejercer el contrabando sin problemas. Las direcciones que aportaba para sus negocios siempre eran apartados de correos y hoteles.

 En el catálogo de Losbichler abundaban las escuelas de pintura que española, alemana, francesa y holandesa. Según los historiadores, en el caso español el número de obras expoliadas y cuya compra o venta fue dudosa es altísimo, por lo que el marchante tuvo que contar con el apoyo no sólo del régimen sino también de la iglesia.