72 mayores ocupan ya unidades de convivencia y 32 lo harán en breve

Angélica González / Burgos
-

Son plantas habilitadas dentro de las residencias de Cortes y Fuentes Blancas en las que los ancianos viven 'como en su casa' en un espacio muy personalizado, con mayor intimidad y atendidos siempre por las mismas auxiliares

Después de ser testadas en un programa piloto en la provincia de Soria llegaron a Burgos en enero de 2014 las unidades de convivencia dentro de las residencias de ancianos. La primera se ubicó en Cortes prestando atención a 22 personas. Un año después se ha extendido a la residencia de Fuentes Blancas y ha crecido exponencialmente el número de usuarios. Así, en la actualidad en Cortes hay 44 residentes que viven en estas unidades; en Fuentes Blancas, 28, y está previsto que se abran otras dos con 16 cada una.

La filosofía con la que la Junta de Castilla y León emprendió este proyecto, al que denomina ‘En mi casa’ es, como su propio nombre indica, que los mayores sientan que están en un entorno propio.

 Así, se les ofrece un espacio con dimensiones de ‘hogar’ -en Cortes, por ejemplo, tienen un coqueto cuarto de estar en el que pueden comer y una cocina donde prepararse ellos mismos algún tentempié-; los elementos decorativos de todo el entorno son propios y a su gusto; los profesionales que les cuidan conocen su ‘historia de vida’, es decir, a qué se dedicaron en su juventud, qué les gusta cantar o cuántos nietos tienen y disponen de un auxiliar de referencia elegidos por ellos mismos y sus familias que, por cierto, pueden visitarles en cualquier momento. En cualquier caso, las normas son flexibles y si los usuarios lo prefieren pueden compartir el comedor de la residencia con el resto de mayores. Fuentes del área de Servicios Sociales de la Junta explicaron que los trabajadores están «fidelizados» en estas unidades de convivencia y que no salen a otros módulos salvo situaciones muy especiales o urgencias.

En Fuentes Blancas hay 14 auxiliares de Enfermería para dos unidades de convivencia con 14 residentes cada una, y en Cortes, 12 para cada dos unidades de 11 usuarios. Todos los profesionales que abordan este trabajo, más personalizado que el que se hace en una planta residencial común y con un uniforme distinto para que redunde en la idea de sentirse ‘como en casa’, reciben una formación específica con cinco sesiones, reuniones y un programa de seguimiento.

En el comienzo de este proyecto no se incrementó la plantilla sino que se hizo, según la Junta, «un ajuste». El gerente de Servicios Sociales, Ignacio Díez Azcárraga, asegura que la progresiva implantación de unidades de convivencia tiene previsto un aumento de personal de atención directa «en la proporción que determina la normativa vigente en materia de ratios de atención por categorías profesionales», lo que desde el sindicato de auxiliares de Enfermería, SAE, se entiende como que no hay intención de incrementar el número de trabajadores.

En este sentido, Díez Azcárraga informó de que, de momento, se han incorporado cuatro medias jornadas a ambos centros (dos en Cortes y dos en Fuentes Blancas) como refuerzo a las tareas de atención directa «propias de este modelo que continúa su implementación».