La ciudad resiste la crisis de las agencias de viaje

L.M.
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La capital ha aguantado mucho mejor que otras de la región la mala racha del sector, al quedarse gran parte de los locales con un solo trabajador y no tener que echar la persiana. Pierde solo 15 en trece años

A principios de siglo, allá por 2005, Burgos y muchas ciudades de España tuvieron su particular boom turístico que propició que las calles se llenasen de agencias de viaje donde poder reservar la escapada deseada.Por aquella época, el uso de internet aún no estaba generalizado como ahora, y mucho menos en un sector que actualmente no se entiende si no va de mano de lo digital. Se llegaron a contabilizar cerca de 85 establecimientos de venta en toda la provincia, contando tanto las verticales (pertenecientes a multinacionales y con varias delegaciones) como las más pequeñas, puestas en marcha por autónomos burgaleses que vieron un hueco en un mercado que no hacía más que crecer.
Trece años después el número se ha reducido hasta cerca de las 70, una caída «importante» pero que especialmente en la capital, con aproximadamente 45 locales, no ha sido tan sangrante como en otras provincias, donde echaron la persiana muchas. «Con la crisis, en vez de cerrar se despidieron trabajadores y se constituyeron como tiendas ‘monopuesto’, donde una sola persona dirigía la agencia. Con esa reducción lograron subsistir sin tener que cerrar», explica Iciar Blanco, presidenta de la Asociación de Agencias de Viaje de Burgos. El resto de establecimientos se reparten entre los municipios como Miranda de Ebro, con 7, Aranda de Duero, con una decena, Briviesca, con 2 oMedina del Campo, que tiene hasta 4 abiertas. En España la crisis se llevó por delante «a casi el 30% de las abiertas», explica Pablo Parrilla, presidente de la Federación Castellano y Leonesa de Agencias de Viajes (Feclav).
El sector lleva tres años en constante crecimiento, a un ritmo cercano al 6 o 7% anual, lo que le permite afrontar con garantías un 2018 que aseguran empezó muy bien, con un primer semestre «espectacular, con una venta anticipada muy potente que hacía años que no se veía», pero que últimamente ha bajado un poco debido a la lentitud en las reservas de última hora. Esta subida implica directamente que esos locales ‘monopuesto’, que subsistieron los años más duros, estén poco a poco contratando gente, especialmente en temporada alta. «Los burgaleses están volviendo a las agencias para que los profesionales les asesoren, especialmente en momentos de huelgas como la actual de Ryanair donde hay incertidumbre», admite Blanco.

 

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