Un millar de personas se dieron cita en la mañana de ayer en Sotopalacios para mostrar su rechazo frontal a las proyectadas explotaciones de gas en la provincia de Burgos mediante la técnica del fracking. Este término anglosajón se emplea para referirse al sistema de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional. Según sus defensores, es muy eficaz y no supone riesgo alguno. Según sus detractores, al romper capas rocosas del subsuelo, los gases ‘liberados’ contaminarán los acuíferos, y, consiguientemente, las aguas para consumo humano, animal o regadío.
La convocatoria de esta protesta la lanzó la Asamblea contra la Fractura Hidráulica de Burgos y la hora de inicio fijada fue las 12.30. Media hora antes ya fueron llegando sus participantes y sobre las 12.50 se puso en marcha la manifestación, que cortó la carretera durante quince minutos. Luego recorrió Sotopalacios, capital del Ayuntamiento de Merindad de Río Ubierna, con paradas más largas y animadas ante la casa del alcalde del municipio, Raúl Bellostas; la Casa Consistorial y en el parque al norte de la localidad. Allí se leyó el comunicado oficial y se animó a seguir luchando contra el fracking.
No se registró ningún incidente y la protesta estuvo vigilada por una decena de agentes de la Guardia Civil, la mayoría de uniforme y alguno de paisano, con cámara fotográfica en ristre atento hasta para retratar a los coches que lucían pegatinas alusivas a la marcha.
El ánimo reivindicativo tuvo como aliados el buen tiempo y un día santo y festivo, por lo que, además de vecinos de pueblos de todos los rincones de la provincia, había numerosos ‘hijos de los pueblos’ residentes en otras provincias, principalmente en las vascas. Entre otros alcaldes presentes, se encontraba el del Valle de Sedano, el popular Germán de Diego.
Numerosas pancartas generales y otras con los nombres de los pueblos asistentes recorrieron la capital de las morcillas durante una hora. Y, lógicamente, no podían faltar los pareados, algunos muy coreados: «El agua sin gas mola mucho más», «Lo llaman progreso, pero es un retroceso», «Menos fracturas y más agricultura», «El fracking es un timo por si pica algún primo», «Escucha, alcalde, no te va a salir de balde (4 proyectos de fracking y otras técnicas no convencionales están en la Merindad de Río Ubierna)», «La energía que contamina y mata no sale barata»...
La presidenta de la Junta Vecinal de Quintanilla Sobresierra, una de las 22 que conforman la Merindad de Río Ubierna, ejerció de portavoz y pidió que se debatiera en el pleno municipal este tema energético-medioambiental. También destacó cómo la fractura hidráulica ha sido prohibida en varias comunidades autónomas y en diversos países europeos. Pero en Castilla y León decenas de prospecciones siguen su curso administrativo.
Unos ven riqueza, trabajo y energía más barata en el fracking; otros, contaminación acuífera y agresiones a la belleza natural de la provincia de Burgos. Estos últimos, los ayer congregados en la procesión de Sotopalacios, hacen suyo el famoso proverbio que dice que «la Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos».