Una semana. Ese es el tiempo que falta para que buena parte del país se detenga a escuchar las voces de los niños de San Ildefonso. Los televisores de las cafeterías, las radios de los taxis, de las peluquerías, del comercio... prácticamente todas se conectarán con la señal del Teatro Real de Madrid con la esperanza de que el Sorteo de Navidad les sorprenda con un premio que les cambie la vida. En Burgos el interés será mayor que en otras zonas del territorio nacional ya que sus habitantes se han convertido ya en los segundos que más juegan de todo el país. Los 134 euros de media ‘invertidos’ por cada burgalés en el Gordo solo se verán superados por los 243 de Soria, otra provincia con una gran tradición por este día.

El delegado de Loterías y Apuestas del Estado en Burgos, Ángel Álvarez, detalla que la consignación de lotería en Burgos para este año bate «un nuevo récord». Esta previsto que las distintas administraciones vendan unos 48 millones de euros en la lotería de Navidad, algo inédito. La inmensa mayoría en décimos (se han consignado 48 millones de euros para la venta en la provincia de Burgos y prácticamente se agotará todo), a lo que habrá que sumar otros 2 o 3 millones expedidos por máquina. Estos últimos, «una minoría» ya que el ciudadano sigue apostando «por el décimo tradicional».

Este el año las ventas «se han retrasado» con un noviembre que ha sido más flojo de lo habitual, pero a partir de diciembre «se ha dado la vuelta» a la situación y con toda seguridad se superarán los 45 millones de euros que se vendieron para el sorteo de 2017.

Aunque el grueso de las ventas se produce en las semanas previas al sorteo, desde hace ya «8 o 10 años» que la lotería de Navidad se puede comprar desde verano. Las «campañas publicitarias» en las que se sugiere a los veraneantes que el  Gordo podría tocar allí donde disfrutan de unos días de descanso, también «influye» de alguna manera en el incremento de las ventas globales. Eso, y que cada vez se demandan más décimos por internet.

La que parece que ha perdido algo de fuelle es la administración de lotería de la Bruja de Oro (en Sort). Así al menos interpreta Álvarez que Lérida haya perdido, en detrimento de Burgos, el segundo puesto en el ránking de consignación de lotería por habitante.

Más allá de Burgos y de Soria, el delegado provincial de Loterías y Apuestas del Estado, detalla que Castilla y León es una de las regiones con una mayor tradición en la venta de lotería de Navidad. Porque también Segovia y Palencia (con 129 y 123 euros por habitante respectivamente) se encuentran en los puestos de cabeza del país. A una distancia mayor se encuentran Ávila (95), León (93)y Zamora (90) y más lejos están todavía en Valladolid (79) y Salamanca (78).

Aunque no tiene el mismo impacto, la segunda oportunidad la dará el sorteo de ‘El Niño’, el 6 de enero. Un sorteo en el que la mayor parte de las ventas, explica el lotero, «se produce después de que haya pasado el de Navidad». Porque son muchos los burgaleses a los que les ha tocado la devolución, que deciden volver a tener a la suerte dos semanas después.

La historia. Con Palencia, Burgos es la provincia de Castilla y León donde más veces ha caído ‘el Gordo’ de Navidad. Cinco veces, en total. La última fue en 2012, en Aranda de Duero, donde además de brindar con Ribera, ese día también se descorcharon muchas botellas de cava y champagne. No era para menos. Se habían repartido más de 225 millones de euros.

Se rompía entonces con una racha demasiado larga (en lo que al primer premio se refiere) ya que había que remontarse hasta 1974 para encontrarse ante la misma situación. Entonces la fortuna regaba con 700 millones de pesetas Medina de Pomar gracias a la venta de 5 series del número 12.176.

La última vez que tocó el primer premio en la capital fue en 1963. Álvarez afirma que puede «dar fe de ello», porque uno de los agraciados «fue mi abuelo». Recuerda que los décimos se vendieron en la administración de lotería de la calle Santander y que un pellizco se fue también a Santa María del Campo. La hemeroteca también recuerda que resultaron agraciados los clientes del Bar Mayoral y de una pescadería del Mercado Norte.

Si ya hay que peinar alguna que otra cana para recordar ese premio, de lo que ya no quedan testigos vivos es de las otras dos ocasiones en las que ‘el Gordo’ hizo parada en la capital. Fue en 1862 y en 1894 y desde entonces se ha cambiado hasta dos veces de siglo.

El año pasado, la suerte volvió a ser esquiva con Burgos ya que únicamente se vendieron 7 décimos de un quinto premio. Para ser exactos, en 4 puntos de la capital y en dos de la provincia.

¿Ha llegado el momento de romper la mala racha?