Pasión viviente y tradición

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Los vecinos de Covarrubias, La Molina de Ubierna, Arauzo de Miel y Villalbilla de Burgos se vuelcan en la recreación de las última horas de Jesucristo. El esfuerzo se vio recompensado por una asistencia masiva

Covarrubias. La imagen de Jesús con los dos ladrones en la crucifixión volvió a sobrecoger un año más a los asistentes. - Foto: Azúa

 
 
El esfuerzo de los vecinos de Covarrubias, La Molina de Ubierna, Arauzo de Miel y Villalbilla de Burgos se vio este año recompensado con la asistencia de miles de personas a sus pasiones vivientes, una tradición que mantienen viva, no sin dificultades, y con la que logra envolver al espectador.
Las estaciones vivientes de Covarrubias, la única de la provincia con este formato, hace que sean los propios vecinos los que participan en la representación silenciosa. El encanto de esta procesión reside en que los fieles son los que procesionan dado que recorren todas las estaciones desde la última cena hasta el descendimiento. Tampoco se puede pasar por alto la espectacularidad de la Estación de la crucifixión, que se escenifica en el soto a la luz de las hogueras (se ve desde el Paseo de la solana, junto a las murallas). Y también posee un hondo sentimiento la representación de la última estación: el descendimiento, ya dentro del templo de San Cosme y San Damián.
 En Arauzo de Miel las cunetas se abarrotaron de respetuosos y silenciosos feligreses que acudieron a la cuesta del Calvario para ver a Cristo con la Cruz a cuestas. En la cita se desarrollaron escenas como la última cena o el descenso del hijo de Dios tras la Crucifixión.
El viacrucis de La Molina de Ubierna emociona por su realismo y naturalidad. Un millar de personas contempló una particular pasión viviente que se lleva realizando en este pequeño municipio desde hace 34 años.
Un año más la Cofradía de Semana Santa de Villalbilla de Burgos organizó la representación del Vía Crucis por las calles del pueblo. 100 vecinos de la localidad colaboraron. La representación se comenzó con la representación de la escena de Caifás en la iglesia parroquial.