Burgos con pinceles rusos

I.L.H. / Burgos
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La artista Ksenia Filíppova expone por primera vez en España los paisajes que le inspiran la luz de las tierras del Cid

La pintora, profesora de Arte y fotógrafa ha encontrado en el paisaje burgalés los colores que no hallaba en el gris de su Moscú natal. - Foto: DB/Patricia González

Ksenia Filíppova pisó Burgos por primera vez el 5 de septiembre de 2009. Tras conocer al que hoy es su marido por internet, fijaron esa fecha para entrevistarse en persona y además de una pareja en las tierras del Cid encontró una nueva luz que reflejar en sus cuadros. Los mil tonos de gris del oscuro Moscú de su nacimiento eran insuficientes para pintar y la ciudad adoptada le mostró «miles de colores» para captar.

Formada en la escuela clásica rusa, la fotógrafa y pintora ha regresado a Burgos para presentar los cuadros que le inspiraron su luz. En la que es su primera exposición en España, Filíppova reúne una serie de paisajes a medio camino entre el impresionismo y el realismo que esconden el Arco de Santa María, las Llanas vistas desde la Catedral, el propio templo gótico -una de sus obras ha recibido un accésit en el concurso AXA del año pasado-, el Espolón y alguno de sus cafés.

En la muestra Cuando la luz despierta los pinceles que presenta en el Espacio Cultural Espolón de Cajacírculo la artista moscovita asegura «ver más de un cuadro en cada una de las esquinas de la ciudad». «Me inspira la luz y los colores de esta ciudad y me sirve para contrastar dos vidas y mundos diferentes», añade esta autora que domina todas las técnicas pictóricas, aunque admite sentirse especialmente libre cuando el pincel va muy cargado de óleo.

Alejada de modas y encasillamientos, proclama y enseña como profesora de Arte que cada cuadro ha de tener su estilo y cada tema su pincelada propia. Buscadora de la perfección técnica, ha ido evolucionando en el tema que más conoce: el bodegón. Deliberadamente se ha alejado de la impresión gris y mortecina de las naturalezas muertas clásicas para imprimirle vida a través del color pero, sobre todo, de una muy especial iluminación que le viene por un lado de su doble condición de pintora y fotógrafa y, por otro, de la lucha interna que mantiene contra la oscuridad permanente de su tierra natal. Por eso quizá sus bodegones son más bien ‘naturalezas vivas’.

La muestra estará abierta hasta el 20 de mayo en el siguiente horario: de martes a viernes, de 18:30 a 21:30 horas; sábados, de 12 a 14 y 18:30 a 21:30 horas; y domingos, de 12 a 14:00 horas.