Las procesiones del Viernes Santo pudieron finalmente hacerse con la totalidad de los pasos que tiene la Semana Santa mirandesa a pesar de que en los días previos la falta de voluntarios para llevar el de La Flagelación y el del Nazareno con la Cruz hizo poner en duda la salida de ambos. No obstante, los integrantes de las cofradías y hermandades de Semana Santa lograron los apoyos suficientes para movilizar todas las imágenes, y aunque en alguno de los pasos no se alcanzaron el ideal de personas que se considera para empujarlos, todos hicieron el recorrido tanto en el Vía Crucis matinal como en el Santo Entierro.
Hubo mucho seguimiento de la Semana Santa, pero más desde las aceras para ver las procesiones que para llevar los pasos o acompañarlos en un recorrido que deparó momentos emotivos, como el del penitente que llevó la pesada cruz a cuestas en la procesión de la mañana, o la concentración que los integrantes de la Cofradía del Santo Sepulcro pusieron en el porteo de la imagen (la única que va a hombros) y en el bello y recogido acto que cerró la misma, ya en la iglesia de Santa María, donde el cuerpo de Cristo fue introducido en su urna.
El buen tiempo acompañó a los mirandeses que por la mañana secundaron el Vía Crucis, aunque fue la procesión del Santo Entierro la que más gente congregó, especialmente en la salida de la iglesia de Santa María y en el trayecto de Real Allende, con bellas estampas de los pasos al cruzar el puente de Carlos III o al pasar por delante de la iglesia del Espíritu Santo.
En esta procesión salieron las bellas imágenes que conserva la Semana Santa mirandesa, con varios acompañamientos musicales como los de la Agrupación Musical de Trompetas y Tambores de Miranda y la Banda de Tambores del Santo Sepulcro. Un recorrido que se adentró por las calles Gregorio Solabarrieta, Sorribas y Santa Lucía para regresar a la iglesia Santa María y cerrarlo con una salve. Ayer, las parroquias de la ciudad celebraron la vigilia pascual entre las nueve y las diez de la noche.