La Policía Local y el Seprona buscan cebos envenenados en tres parques

I.E. / Burgos
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Perros llegados de Madrid inspeccionan las zonas verdes de Reyes Católicos, Juan XXIII y el paraje Buenavista (G-9) tras denunciar los vecinos que sus canes habían sido intoxicados

La Policía Local y el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) desplegaron ayer un dispositivo en tres parques de Burgos para buscar cebos envenenados para matar perros. El operativo se produce un mes después de que el Ayuntamiento recibiera la denuncia de que varios canes habían resultado intoxicados en distintas zonas de la capital, un hecho del que también se hizo eco la Protectora de Animales. En un caso la mascota murió, en concreto tras salir de paseo con su dueño por Reyes Católicos. Los jardines de esta avenida fueron uno de los lugares que ayer investigaron la Guardia Civil y los agentes municipales. Los otros dos fueron el G-9, en concreto el paraje de Buenavista, y el barrio Juan XXIII.

Hasta Burgos se desplazaron agentes del Servicio Cinológico y Remonta con base en El Pardo (Madrid), que cuenta con animales adiestrados para la detección de sustancias venenosas. Sin embargo, no hallaron en ninguna de las tres zonas restos de carne contaminada.

La Protectora también denuncia el uso de azufre como veneno, esa sustancia que ‘adorna’ la parte de abajo de algunas fachadas. Cuando un perro olisquea muchas veces esa sustancia acaba sufriendo sangrados nasales e incluso terminan apareciendo úlceras en las vías respiratorias. Estos síntomas solo los padecen por el olfato, pero si ingieren el producto es todavía más grave. Han de ser sometidos a un lavado de estómago en el veterinario y algunos no salen adelante. Además, tanto con este producto como con los cebos envenenados se corre el riesgo de que los toquen los niños.