Después de acabar undécimo hace dos semanas en Suzuka, Fernando Alonso (McLaren) vuelve a cargarse de moral para buscar un resultado positivo en el Gran Premio de Rusia, que afronta dos semanas después de ‘explotar’ contra su equipo en Japón, mientras que Lewis Hamilton (Mercedes) quiere afianzar aún más su liderato en el Mundial repitiendo victoria en la segunda visita de la Fórmula Uno a Sochi.

En el mítico trazado nipón, el español, que durante la temporada siempre había respondido con mensajes de optimismo ante las repetidas decepciones en su escudería, no aguantó más y se desahogó en plena carrera a través de la radio, comparando su MMP4-30 con un coche de GP2.

«Es por la frustración de luchar duro en mitad de una batalla, darlo todo y ver que te pasan fácilmente en las rectas. Pero estoy contento de lo que sacamos allí. Si se escucharán mis mensajes en otras carreras, o los de Jenson, todavía resultarían más sorprendentes», precisó su llegada a Sochi.

Sin embargo, el asturiano confirmó que tanto en 2016 como en 2017 seguirá en McLaren. «Que nadie tenga duda que tengo tres años de contrato y mi carrera acabará en este equipo», precisó.

Además, el ovetense cree que es comprensible la frustración que siente con el coche. «Es frustrante estar batallando duro y ver cómo pierdes posiciones fácilmente en las rectas, incluso antes de llegar al punto de frenada», agregó.

Sobre la carreras que quedan para el final del certamen, no cree que vaya a ocurrir nada extraordinario. «Va a ser más o menos lo mismo, tratar de obtener más información del coche con la vista puesta en 2016», finalizó.

Penalizado otra vez. En el aspecto deportivo, el propio Alonso confirmó que este fin de semana emplearán su última mejora de motor, lo que le acarreará una nueva sanción y volver a salir desde la última posición en la parrilla, ‘triste’ homenaje para afrontar el Gran Premio número 250 de su dilatada carrera en el ‘gran circo’.

McLaren montará la nueva unidad de potencia, solo para su monoplaza, en la primera sesión de entrenamientos libres y, en función del resultado, decidirá si lo emplea en la carrera en el circuito ruso, cuyas largas rectas no le vienen nada bien al MP4-30.

Con este sombrío panorama, el equipo inglés está condenando a marcar este fin de semana un nuevo hito negativo. En Japón, igualó la peor racha de su Historia sin victorias en la competición, 53 pruebas desde el GP de Brasil en 2012 que ganó Hamilton, y el domingo, salvo milagro, empezará a crecer esa onerosa plusmarca.

Por su parte, Hamilton llega a Rusia como sólido líder del Mundial, ya que después de lograr su octavo triunfo de la temporada en Japón aumentó considerablemente la ventaja respecto a sus dos perseguidores: 48 puntos sobre su compañero Nico Rosberg y 59 respecto a Sebastian Vettel (Ferrari).

A falta de cinco carreras, el británico tiene bastante encarrilado su tercer título, aunque la primera gran alegría para Mercedes podría llegar este mismo fin de semana, ya a la marca le basta con sumar tres puntos más que Ferrari para volver a proclamarse campeón mundial de constructores.

El año pasado, en la histórica primera visita de la Fórmula Uno a Rusia, Hamilton se regaló un recital, ya que marcó el mejor tiempo en las tres sesiones de entrenamientos libres, se llevó la ‘pole’ y ganó la prueba liderando todas las vueltas. Repetir una actuación así sería un duro golpe para sus dos adversarios.

Conseguir más puntos. Por su parte, el también español Carlos Sainz (Toro Rosso) llega bastante reforzado tras su décimo puesto en Suzuka, que le permitió sumar puntos por sexta vez en la presente temporada.

En cuanto a la sede de la carrera, Sochi, situada a orillas del Mar Negro y 1.600 kilómetros al sur de Moscú, es una de las seis ciudades que han organizado una carrera de Fórmula Uno y unos Juegos Olímpicos junto con Barcelona, Berlín, Los Ángeles, Melbourne y Montreal. El año que viene, la brasileña Río de Janeiro se unirá a esta peculiar lista.