Un proyecto que facilita vidas

Carla Berges / Burgos
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El burgalés David Barriocanal, estudiante de Ingeniería Industrial Mecánica, ha recibido un reconocimiento por su innovador Trabajo de Fin de Grado

Cuando se está terminando la carrera, el temido Trabajo de Fin de Grado llega a ocupar una gran parte del tiempo de los estudiantes. Unos lo ven como una obligación que quieren quitársela rápidamente de encima. En cambio, alumnos como David Barriocanal aprovechan esta oportunidad para investigar algo que podría resolver los problemas cotidianos de la gente.

 Esta tesitura le ha llevado a ser uno de los seis premiados por la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la Universidad de Burgos de entre los trece que se presentaron. Este año ha finalizado sus estudios en Ingeniería Industrial Mecánica y su tutor, Justo Ruiz, pensó que el trabajo sería idóneo para presentarlo a este reconocimiento. Tras una exposición privada que se realizó el pasado mes en la Universidad de Burgos, ha resultado  ser uno de los agraciados que podrán disfrutar de la beca que este organismo de la UBU concede.

El proyecto por el que se le ha reconocido tal mérito consiste en un sistema novedoso intramedular y hermético para huesos largos. «Su función es que el hueso pueda alargarse tanto como pueda; está pensado para personas que tengan algún tipo de anomalía», explica Barriocanal. El proyecto se ha basado en un fémur, aunque podría aplicarse a otros como la tibia o el húmero. «Permite hacer una vida prácticamente normal al paciente; las terapias que hay ahora son muy duras y este sistema podría facilitarles mucho la vida; los materiales han sido elegidos cuidadosamente, son biocompatibles con elementos de alta calidad que ocupan muy poco espacio y además el riesgo de infección es mínimo», añade.

El sistema controla el tipo de estiramiento porque se optimiza la longitud con respecto a la persona porque «está hecho a la carta». Así, personas que sufren por ejemplo de acondroplasia podrían usar este dispositivo para sobrellevar la enfermedad.

Ha estado trabajando en él desde enero aunque ya llevaba tiempo investigando por su parte. «Primero consulté con  mi tutor, Justo Ruiz, y con el doctor Pedro Terán, cirujano del HUBU, para ver si era viable la idea; al doctor le pareció interesante y ahí me decidí», explica el premiado.

El proyecto ha sido patentado por la misma Universidad y gracias a este premio se le conceden una serie de garantías comoun espacio físico, si lo desea, para desarrollar el proyecto, formación sobre protección industrial e intelectual, la posibilidad de realización de un plan de comercialización del prototipo resultante y una compensación económica.

La idea de Barriocanal es proponer a distintas empresas el proyecto. «Es posible que a alguna le interese desarrollarlo», añade.

Conexión

El estudiante de la UBU cree que no se debería desaprovechar el talento que hay en la Universidad y que se debería de hacer algún tipo de plan junto con el Hospital para no dejar escapar a los egresados. «Ha habido muchos proyectos que se han hecho en conjunto con el HUBU y sería interesante que se hiciera un convenio o algo por el estilo para desarrollar nuevas aportaciones que surjan por parte de los alumnos», cuenta Barriocanal.

Ante las pocas perspectivas de futuro en el país, el premiado marcha a Londres para buscar oportunidades de trabajo que, quizá, el país británico pueda ofrecerle. «No sé lo que me deparará el futuro pero aquí tal y como están las cosas no me puedo quedar», relata.

Los premiados

David Barriocanal es uno de los 6 a los que el Vicerrectorado de Investigación ha premiado. El resto de trabajos también destacaban por su brillantez y calidad.

Jorge González estudió ingeniería Informática y gracias a los conocimientos adquiridos en la carrera ha podido desarrollar un dispositivo que controla efectos musicales para instrumentos electrónicos. Beatriz Infante, también informática, ha elaborado un proyecto que facilita la comunicación entre el personal docente investigador de la UBU y sus alumnos.

Otros dos que han recibido el reconocimiento son Diego de Pablo y Juan Pablo Zúñiga. El primero ha trabajado en una aplicación web para mejorar la gestión de turnos y guardias de personal en distintos sectores profesionales y, el segundo, ha realizado un programa capaz de automatizar procesos de clasificación de productos por el color utilizado en técnicas de visión artificial.

Por último, Virginia García, estudiante del Grado en Ingeniería Electrónica y Automática, ha desarrollado un dispositivo de monotorización y alarma de frecuencia cardiaca que facilitará la comunicación entre autistas, profesionales que velan por ellos y sus familias.