En el ejercicio del año pasado, el 56% de los contribuyentes burgaleses marcó la casilla de fines sociales en su declaración de la renta; el 23% señaló también la de la Iglesia Católica y casi un 20% no marcó ninguna. Como toda ayuda es poca, las principales plataformas que representan a las ONG han puesto en marcha la campaña XSolidaria con el deseo de conseguir que aquellos que aún no se inclinan por apoyar las actividades de interés general consideradas de interés social realicen «ese pequeño gesto que no tiene coste» y sin embargo multiplica la acción solidaria.

Con esa ‘X’ en la declaración se recaudaron en Burgos 1.600.000 euros que se destinaron íntegramente a proyectos sociales para ayudar a los más vulnerables y desfavorecidos. Ese dinero financió, por ejemplo, el Programa Respiro de Aspanias, que busca cuidar al cuidador. Se trata de servicios específicos para familias de personas con discapacidad intelectual, que consisten en que el cuidador-familiar pueda confiar durante unas horas, unos días o incluso un mes los cuidados de su familiar a servicios personalizados en residencias o viviendas tuteladas.

El año pasado cerca de 40 familias burgalesas pudieron acogerse a los distintos servicios de Respiro de diversa duración. Este programa fue financiado en un 65% por el programa del 0,7% del IRPF con un importe de alrededor de 8.000 euros, tal y como especificó ayer María Paz García, hermana y tutora de usuario del servicio  de Aspanias.

La X Solidaria también ayuda a crear viviendas tuteladas para personas sin techo, dentro del programa que gestiona la Fundación Lesmes, o para aumentar la calidad de la vida infantil y la inserción social y laboral de los jóvenes a través del Programa Conexión de la Fundación Juan Soñador, por poner tres de los muchos ejemplos.