No lo ha tenido fácil Ismael Rangel para alcanzar el ritmo de sus compañeros. Llegado a filas ribereñas para aportar un plus de velocidad y desborde en el juego de los blanquiazules, su puesta a punto en la pretemporada se vio truncada por una rotura en el soleo que le impidió ejercitarse con el equipo hasta comenzada la competición liguera. Dejado atrás este contratiempo físico, entra en los planes de Bermúdez. 

Ante el Villaralbo jugó su primer partido completo de la temporada: «Vine fastidiado, con menor ritmo que los demás y poco a poco me he ido poniendo al día. Además, cuando el equipo va ganado es más complicado entrar en el once pero la lesión de Mato, en parte, me ha venido bien para empezar a jugar yo», afirma el extremo nacido en Villarrobledo (Albacete) hace 26 años.

Su fútbol es del que gusta al aficionado. Basado en un amplio despliegue físico, su velocidad, como se vio el pasado domingo, es capaz de poner en jaque a la defensa rival. «Aunque para eso debo estar muy bien de forma», subraya Rangel.

Su participación ante el Villaralbo fue vital, con una actuación redondeada con el gol de la victoria en un choque atascado para los ribereños. En este sentido, Rangel es consciente de que son la referencia de la categoría: «Parece que los equipos contra los que jugamos corren más. Los rivales salen con más intensidad porque somos el equipo a batir. Se nota la presión pero hay que saber llevarla».

 

viejos conocidos. Superada su lesión, la adaptación del manchego se ha acelerado. Ahora, espera continuar su evolución a las órdenes de Bermúdez con quien coincidió en Villarrobledo: «Había estado con él y sabía a lo que venía. Conocía cómo íbamos a jugar. Poco a poco el equipo hace lo que el míster pide, tocar y tener más el balón», sentencia el extremo.