Su altura (1,91 metros) puede inducir a pensar que Aridane Santana es un nueve a la vieja usanza, pero el nuevo delantero del Mirandés además de potencia física y remate, tiene buen manejo del balón. «No es un tanque ni un delantero rompedor, sino que es un jugador con calidad y mucho fútbol», asegura Carlos Terrazas,
Sus características son diferentes a las de Lago Junior, pero el técnico tiene claro que el punta canario, al que ya tenía en cartera el pasado verano, puede aportar mucho al juego del equipo. «Ojalá le hubiésemos podido tener desde el principio de temporada, porque es un futbolista al que venimos siguiendo desde hace tiempo, pero hasta ahora no hemos podido concretar la operación».
Precisamente ha sido la insistencia de Terrazas la que ha terminado por convencer a Aridane de regresar al fútbol español y poner fin a su aventura en Tailandia.
Su paso por el fútbol asiático ha sido una «gran experiencia» que le ha ayudado a crecer deportiva y personalmente, pero cuando supo del interés rojillo no dudó en hacer nuevamente las maletas. Sabe que era su oportunidad de reivindicarse en la división de plata. «Cuando te llama un equipo como el Mirandés, con lo que está consiguiendo, no te lo piensas mucho, y más cuando es el propio míster el que quiere que te sumes al proyecto», admite.
A pesar de que el cambio horario le ha impedido ver muchos partidos, en la distancia no ha perdido detalle de la competición. «Tengo mucha ilusión porque la Segunda está más atractiva que nunca. Era el momento de volver porque quiero disfrutar de lo que está haciendo el Mirandés», reconoce el punta.
También la andadura copera de los rojillos ha supuesto un aliciente. «Estuve cuatro años en la cantera del Deportivo y cuando hablé con algunos jugadores me dijeron que el Mirandés les había pasado por encima», asegura.
Trabajo y goles
Aridane entrenó ayer por primera vez junto a sus compañeros, con Abdón Prats, con el que coincidió en el Tenerife, ejerciendo de anfitrión. El delantero estaba deseando pisar Anduva, un estadio que ya conocía como rival. «He jugado dos veces aquí y no he ganado ninguna. Como visitante es uno de los campos más difíciles porque la gente aprieta mucho, pero por suerte ahora me tocará vivirlo desde el otro lado», asegura.
El nuevo punta rojillo lucirá el dorsal 20 en su camiseta. Es consciente de que se le pedirán goles, y no le asusta el reto porque sus números le avalan. Con el Tenerife fue el héroe del ascenso al anotar 27 en una temporada, y en su primer año en la división de plata hizo 9. Su última campaña en la isla fue la menos fructífero y al final acabó saliendo casi por la puerta de atrás del club. «En el fútbol se cumplen etapas y la mía en el Tenerife fue muy bonita pero era el momento de cambiar de aires. Por eso en verano decidí irme a Tailandia».
En el fútbol asiático ha anotado 11 goles en media temporada. Aún así, sabe que lo primero, en el Mirandés será «adaptarme lo más rápido posible al juego del equipo». A partir de ahí, prometer una cifra es difícil. «Vengo a aportar trabajo para mantener la ilusión que se respira en el club. Luego, trataré de tener acierto de cara a puerta».
La liga tailandesa concluyó en diciembre por lo que Aridane se encontraba actualmente en plena pretemporada con el Bangkok Glass FC a la espera de que se reanudase la competición en febrero. El delantero llega bien de forma física y sus ganas de debutar pueden con todo, por lo que se postula para ir convocado ya este domingo ante el Lugo. «Estoy dispuesto para jugar en cuanto el entrenador lo considere oportuno».