El arranque gana a la lluvia

J.A.H. / Belorado
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La danza popular que marca el inicio de las fiestas de Belorado se celebró ayer sin que nadie se mojara pese a que había llovido durante la noche y amenazaba tormenta

Tronando de noche, lloviznando de madrugada, pero a la hora de El Arranque, momentos iniciales de la danza popular que marca el inicio de las fiestas de Belorado, el cielo gris guiñó el ojo a los danzadores y le susurró al oído al cachiburrio: «tranquilo, danzad con firmeza que no permitiré que os mojéis».

Y así ocurrió. El cachiburrio recogió de manos del presidente de la Diputación, César Rico, la vara cedida por el alcalde, Luis Jorge del Barco; ordenó a los gaiteros; revisó la formación de sus ocho compañeros de baile y saltaron al unísono. Después, continuaron su primer pasacalles con seguridad, moviendo los pies con uniformidad, tocando los pitos al compás de una música que a todos los beliforanos les devuelve la mirada de sus seres queridos, les ofrece confianza y les permite respirar con alegría diciendo: un Arranque más. Todo ello, en unos instantes muy esperanzadores, estuvo precedido por el lanzamiento de cohetes, el izado de banderas y la interpretación de los himnos nacional y local por la Banda Municipal.

Asistieron al acto la reina y damas, autoridades civiles y militares, César Rico, Jesús María Cirujano, y las alcaldesas y alcaldes de Lerma, Cavia, Ibrillos, Castildelgado, Villambistia y San Cristóbal del Monte. La alcaldesa de Cavia llegó acompañada de su actual reina festiva que, en la tarde-noche, acompañó a la Corte beliforana en la ofrenda floral a la Virgen de Belén.

Danzadores, banda municipal, charanga y batukada se vieron envueltos de vecinos y peñas que recorrieron las calles del casco antiguo, animando y poniendo un tono festivo a la localidad con sus coloridos petos y camisolas.

Por la tarde, finalizada la novena y la ofrenda floral a la Panaderota, los bailes públicos en la plaza Mayor y pasacalles nocturnos ayudaron a muchos a ver las calles con las primeras luces del amanecer, claro está que bien comidos, después de una rica salchichada.