Nuevo proyecto de Páramo de Guzmán

B.A.
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La empresa inicia los trámites para poder construir una nueva quesería en Roa

Como el Ave Fénix, la quesería Páramo de Guzmán va poco a poco resurgiendo de sus propias cenizas. Tras sufrir un tremendo incendio en abril del 2014 que dejó las instalaciones inservibles, la empresa ha solicitado recientemente al Ayuntamiento de Roa de Duero autorización de uso excepcional de suelo rústico para construir una nueva fábrica de quesos, como recoge el Boletín Oficial de Castilla y León. Este es el primer paso de los muchos que aún le quedan por dar a la empresa que promueve la solicitud, Bodegas Raíz y Quesos Páramo de Guzmán, donde se muestran cautos ante este nuevo proyecto al que aún le faltan muchos meses por delante para poder culminar. 

En el consistorio de la villa raudense se está tramitando esa autorización y también, según recoge el Bocyl, la correspondiente licencia urbanística para la construcción de un edificio para la elaboración artesanal de queso. Con estos primeros pasos queda clara la intención de la empresa de construir una nueva quesería donde poder seguir elaborando sus reconocidos productos. 

Cuando las llamas arrasaron las anteriores instalaciones, junto a la bodega adscrita a la DORibera del Duero, y la producción que se almacenaba en ella, Páramo de Guzmán buscó otro lugar donde continuar creando artesanalmente sus quesos. Desde entonces han seguido produciendo en unas instalaciones alquiladas su afamado queso, contando con el mismo personal y siguiendo las mismas pautas de elaboración que tan buenas críticas han generado por el resultado final del producto de calidad que ofrecen. 

Con la construcción de la nueva quesería, como reconocen desde la empresa, buscarán, entre otras cosas, alcanzar el nivel de producción que estaban llevando a cabo cuando sucedió el incendio. «En la actualidad estamos produciendo un 40% menos que antes, por lo que podemos abastecer a muy pocos clientes, así que queremos poder aumentar la producción y poder dar servicio a más», señalan desde la empresa, que producía, antes de quemarse, unas 25.000 toneladas de queso al año. 

hace cuatro años. El incendio que supuso una zancadilla para la expansión de los quesos Páramo de Guzmán sucedió la tarde del 30 de abril, al parecer, por una chispa perdida de unos trabajos de mantenimiento que se estaban realizando en la nave. Para sofocarlo tuvieron que acudir los bomberos voluntarios de Roa, de Aranda y de la localidad vallisoletana de Peñafiel. 

No hubo que lamentar ningún tipo de daño humano, pero los daños materiales se cifraron en torno al millón de euros, al que hay que sumar los kilos de queso perdidos entre las llamas, ya que solo se salvó una parte muy residual de la producción. El fuego acabó, por lo tanto, con casi el trabajo de todo un año.

La construcción de una nueva planta elaboradora ha estado en mente de los responsables de la empresa desde que sucedió el incendio hace ya más de cuatro años, ya que han considerado provisional su estancia en concepto de alquiler en las otras instalaciones. Pese a estas circunstancias, lo más importante es que la calidad de este queso, elaborado con mimo, se ha mantenido intacta.