Provencio, el ejemplo a seguir

@jorgealopez18
-

El madrileño, declarado transferible por el Mirandés en junio, se ha convertido en indiscutible solo cuatro meses después

Dani Provencio es todo un ejemplo a seguir por los futbolistas. Especialmente, por parte de los jóvenes que empiezan a darle patadas al balón y desean llegar algún día a vivir del fútbol. El madrileño es la muestra palpable de que, en el deporte, ninguna situación es irreversible y de que todo se puede cambiar trabajando duro.

Cuando el 8 de junio de 2015 Carlos Terrazas se reunió con sus jugadores después de terminar una temporada que había sido exitosa, entre los jugadores que posiblemente más tranquilo llegara a la reunión estaba Dani Provencio. Sabía que su participación había sido anecdótica durante la campaña, con únicamente 697 minutos de juego y apenas siete titularidades, dos de ellas cuando nada se jugaban los rojillos. Rúper y Fran Carnicer, que habían sido fijos, no le había dado muchas opciones de jugar; como tampoco otros jugadores con más minutos como Emilio Sánchez o el en muchos encuentros reubicado Pedro Martín. La temporada no había sido satisfactoria en lo personal, pero él, que había llegado en los últimos días de agosto de 2014 procedente del Cluj, tenía contrato en vigor por una temporada más.

No fue suficiente esta circunstancia para que Provencio se marchara de Anduva con una sonrisa en la cara. Terrazas, exigente, le comunicó que no entraba en sus planes y que, si era posible, le recomendaba buscarse una salida. En la misma situación se encontraban el portero Imanol y Josu Hernáez, para quienes la cosa no ha cambiado. Igualmente, el técnico les dijo a todos ellos que si seguían serían uno más del grupo.

Sean cuales sean los motivos por ellos esgrimidos para no cambair de aires, el hecho es que ni Imanol, ni Hernáez ni Provencio se marcharon y todos comenzaron la pretemporada a las órdenes de Carlos Terrazas; con muchas novedades en la plantilla y con cambio de esquema incluido.

Para Provencio las cosas se tornaban complicadas. Rúper le cerraba la puerta a jugar como mediocentro, Cantero partía como interior zurdo titular y llegaron otros futbolistas con experiencia en Segunda como Carlos Moreno, Íñigo Eguaras o Carlos Lázaro, todos ellos teóricamente por delante suyo en la lista de preferencias del entrenador. En la primera jornada de Liga, ante el Zaragoza, Provencio no fue incluido en la convocatoria, y tampoco para la segunda citación Terrazas se acordó de él.

Pero todo cambió en la tercera jornada. Provencio entró en la lista de 18 y en los primeros minutos de la segunda parte saltó al césped. El madrileño tuvo una buena actuación y, aunque el Mirandés no logró ganar al Lugo, sí apretó en los compases finales a su rival y mostró mejoría. Terrazas premió su partido dándole la titularidad cuatro días después en Copa, ante Osasuna, pero las cosas no le fueron bien al centrocampista, que fue expulsado antes de cumplirse la media hora de juego.

Poco importó ese contratiempo. Terrazas siguió confiando en un Provencio que ha desplazado por completo a Cantero y no se ha vuelto a caer el once titular de los rojillos. Fue titular en Vitoria (2-3), donde jugó 52 minutos, y en los partidos siguientes no solo ha partido de inicio, sino que únicamente ha regresado al banquillo los minutos finales en la visita al Martínez Valero de Elche, con el partido ya sentenciado (1-4).

Así las cosas, Provencio, que únicamente dispuso de 697 minutos la pasada temporada ya ha gozado de 533 en la actual, a menos de dos partidos de superarlo. Frente a siete titularidades en toda la temporada 2014/15, ya ha tenido seis en la campaña en curso, de la que solo se han disputado nueve jornadas. Y, habiendo jugado solo tres partidos íntegros la pasada temporada, en la actual ya lo ha hecho en cuatro ocasiones.

El jugador al que hace solo cuatro meses Terrazas dijo que era mejor que se buscase equipo ha dado la vuelta a la tortilla y cuenta con la plena confianza del técnico para dar, por su trabajo y fiabilidad, equilibrio a un equipo que ha enderezado el rumbo. Y que lo ha hecho con Provencio como espejo en el que mirarse.