Acusan al colegio Francisco de Vitoria de discriminar a los alumnos con discapacidad

Angélica González / Burgos
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Las familias creen que desde el acceso -que es diferenciado para los niños con dificultades para caminar- hasta los juegos y las instalaciones no son propios de un centro integrador

El grupo de padres que ha denunciado la mala situación del centro -algunos de espaldas- posa delante del colegio. - Foto: Ángel Ayala

Un grupo de padres de niños con discapacidad motórica ha denunciado la discriminación que sufren sus hijos en el colegio Francisco de Vitoria (Avenida de Cantabria), uno de los dos centros públicos que en Burgos son referentes -y de obligada matriculación- para el alumnado con este tipo de problemas. El colectivo  crítico considera que solo el hecho de que los alumnos con dificultades para caminar -sean del grado que sean- tengan que entrar por una puerta diferente del resto de sus compañeros es ya una medida «que hace muy complicado creerse las palabras sobre educación inclusiva que el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera,  dijo en Burgos no hace mucho, coincidiendo con su presencia en la marcha de Aspanias». Los críos, además, no pueden compartir el tiempo de ocio con sus compañeros porque les sacan antes de clase para proceder al cambio de pañales, si es que lo necesitan, actividad higiénica que se hace, según denuncian, «sin el más mínimo respeto a la intimidad de los niños porque están todos juntos cuando se lleva a cabo». La, a su juicio, mala organización del tiempo hace que cuando quieren llegar al patio «prácticamente ya se ha terminado el recreo». 
Estas familias no entienden cómo un edificio tan viejo pueda albergar un colegio de referencia para niños con discapacidad motórica. Como ejemplo ponen el estado del suelo del patio, «totalmente desnivelado» que hace que, por ejemplo, una niña que usa tacatá no pueda salir al recreo. También carece de pasamanos a ambos lados de los pasillos y solo dispone de un lavabo adaptado. No hace mucho tiempo se han corregido otras discriminaciones como el hecho de que estos pequeños comían separados del resto.
Por otro lado, se duelen de no tener informes de los fisioterapeutas que ven a sus hijos y de que las actividades lúdicas que se preparan no tengan en cuenta a estos niños: en las fiestas, todos los juegos son de carácter físico (los que van en silla de ruedas se limitan a mirar a los demás)y uno de los hitos que se repite todos los cursos es un cross. «¿No sería mejor que se organizaran juegos en los que pudieran participar todos?», se preguntan. De hecho, si se mira en la web del centro no hay una sola imagen en la que aparezcan los niños con discapacidad compartiendo el tiempo de ocio con sus compañeros. Más aún, es prácticamente imposible encontrar en esa página un espacio donde se diga explícitamente que el colegio Francisco de Vitoria alberga (y es referencia para) alumnos con discapacidad motórica.
«Creemos que se avergüenzan de esta realidad y que no están preparados -ni quieren- para ofrecer una verdadera educación integradora para todos los críos», aseguran estos padres, que dicen estar cansados de acudir a las instancias oportunas para quejarse de todas estas discriminaciones que padecen y que solo se les den largas -en el mejor de los casos- o que no les quieran atender.
 
La sorprendente respuesta del director provincial de Educación. El director provincial de Educación, Juan Carlos Rodríguez Santillana, no tuvo a bien hacer ninguna declaración a propósito de las críticas de este grupo de padres de alumnos con discapacidad motórica del colegio Francisco de Vitoria: «No hay, por ahora, nada que responder», se puede leer en un correo electrónico firmado por él y llegado a esta Redacción a través de la Delegación de la Junta en Burgos.

La única reflexión que hace este responsable público a propósito de la situación planteada sigue, de forma literal, en estos términos: «No son ni padres ni algunos padres, sino un padre que se niega a cumplir las normas de funcionamiento del centro a pesar de nuestros continuos requerimientos, y ha decidido actuar ahora por ese flanco. Cuando alguien de verdad quiere mejorar algo se actúa e interviene a través de los cauces y órganos establecidos al respecto (por ejemplo, esta tarde hay un Consejo Escolar en ese colegio) y no contando películas a los medios de comunicación».