El mural que Luis Sáez pintó para el sexto instituto se puede admirar ahora también desde el exterior. Con los elementos que describen el universo onírico del artista, presentes en el cuadro que posee el centro educativo, Cristino Díez ha creado una escultura para honrar al pintor del realismo mágico.La pieza se ha colocado en el jardín del instituto, en la zona que da a la calle Gonzalo de Berceo, coincidiendo con el 25 aniversario de su apertura.

En la inauguración de la obra, que ha sido donada por el autor, asistieron amigos íntimos de Luis Sáez como el escultor Néstor Pavón; su sobrino y director de la Academia de Dibujo, Carlos Sáez, y colegas como Ignacio del Río. También acudieron miembros de la comunidad educativa como el director provincial de Educación, Juan Carlos Rodríguez Santillana; profesores actuales y antiguos; representantes de las áreas de inspección; padres, alumnos y ex alumnos, y alcaldes de ahora y de legislaturas anteriores.

 El director del instituto, José Antonio Virumbrales, aprovechó el acto para recordar los valores de un centro que gusta de añadir a la enseñanza actividades culturales; que ve en los viajes escolares una forma de ensanchar la mente y apostar por la convivencia; que presta atención a la diversidad y la integración y que tiene como referencia la práctica del deporte.

Cristino Díez, por su parte, recordó que la ciudad tiene una deuda con los pintores burgaleses: la de exponer el arte contemporáneo de quienes vivieron la posguerra. Y en una tarde desapacible marcada por el chirimiri, el artista no olvidó dar un toque de atención a los políticos al considerar que «la educación y la cultura es la mejor inversión que puede hacer un país».