Un hombre de 44 años de edad, vecino de Burgos, se enfrenta a una pena de cuatro años y seis meses de prisión después de que tratara de violar a un menor de edad en las duchas de las piscinas del Silo (Capiscol) el 27 de agosto de 2012. Por fortuna, el chaval logró resistirse y asestar un mordisco en el hombro a su agresor, que salió huyendo antes de poder consumar su propósito.
Los hechos ocurrieron a las 18,30 horas de ese 27 de agosto de 2012. El chaval había acudido con su madre y su hermano a las instalaciones deportivas. En un momento dado, el adolescente se sintió mareado y comunicó a sus familiares que se metía en los vestuarios para darse una ducha. Cuando fue a entrar en la cabina se dio cuenta de que el pestillo no funcionaba, por lo que la puerta no quedó trancada.
J.G.E., que merodeaba por los vestuarios, se dirigió a la ducha donde se encontraba el muchacho, le agarró por detrás, le sujetó las muñecas y comenzó a besarle, mientras le advertía de que no gritara. Cuando intentó consumar la violación, el chaval tuvo fuerzas para revolverse, morderle en un hombro y quitárselo de encima.
Como consecuencia de ello, ha sufrido un trastorno de estrés agudo, ansiedad, dificultad para dormir, irritabilidad, anorexia, apatía, etc, dolencias todas por las que ha requerido tratamiento psiquiátrico especializado, según el escrito del Ministerio Público. La Fiscalía califica los hechos como una agresión sexual en grado de tentativa, delito por el que solicita esos 4 años y medio de cárcel, además de 18.000 euros de indemnización para compensar al joven por las secuelas. La Audiencia le juzgará el 16 de octubre. La familia de la víctima también se ha personado en la causa y solicita la misma pena de prisión para el agresor sexual, pero demanda una compensación económica más alta, de 48.000 euros. El juzgado de instrucción que dirigió la causa le dejó en libertad provisional bajo fianza y le prohibió aproximarse a la víctima de los abusos sexuales.
La Policía Nacional detuvo al agresor a los pocos minutos de que cometiera los hechos. La madre comunicó el incidente a los empleados de las piscinas e inmediatamente se puso en marcha un dispositivo de alerta que incluyó un aviso a la Comisaría. Una patrulla se desplazó rápidamente hasta el Silo para buscar al hombre que había intentado violar al joven. A los pocos momentos fue identificado, ya que era abonado a Instalaciones Deportivas y había tenido que pasar su carné para entrar en el recinto. La víctima reconoció su fotografía y por las cámaras de videovigilancia de las piscinas los agentes pudieron confirmar que había estado allí.