Gonzalo Ferre ya ha visto con sus propios ojos el ‘tapón’ de Estépar. El presidente del ADIF, organismo que ejecuta las obras de la línea de alta velocidad procedente de Valladolid, estuvo el miércoles visitando el tramo más problemático de todo el trazado, que sigue con un lento ritmo de obras y que ha retrasado la fecha de llegada del AVE a Burgos.

La visita, confirmada por la Subdelegación del Gobierno, se produjo aprovechando el desplazamiento del presidente al tramo Venta de Baños-León, prácticamente terminado y que pudo recorrer a bordo de un tren laboratorio. Sin convocatoria a los medios de comunicación, nada ha trascendido de su resultado o de la impresión que el propio Ferré se llevó de la marcha de los trabajos. A buen seguro que sintió un contraste entre esta zona, todavía embarrada, con millones de metros cúbicos por mover y estructuras sin terminar, y el tramo palentino-leonés, al que le falta poco más que poner la fecha oficial de apertura.

El AVE llegará a Palencia y León en cuestión de semanas, con trenes circulando en pruebas desde abril. El calendario para Burgos sigue siendo una incógnita.