De marioneta a titiritero

I.L.H. / Burgos
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Roberto Alonso Gil (Burgos, 1977) ha dejado su carrera como investigador en Bioquímica para ponerse detrás de Errabundo Pelele, un personaje de gomaespuma que se presenta en la ciudad en el XV Festival EnClave de Calle

Roberto Alonso se esconde detrás de la maleta para dejar que luzca en primer plano Errático Swing, alter ego de Errabundo Pelele. - Foto: Valdivielso

Cortó los hilos que le amarraban a un destino insatisfecho y se puso a manejar los suyos. Hace menos de un lustro, Roberto Alonso (Burgos, 1977) decidió no dejarse llevar como una marioneta y ser su propio titiritero. Después de cursar carrera y doctorado en Bioquímica y Biología Molecular en el País Vasco y Valladolid y de trabajar como investigador en Barcelona, cambió sus ámbitos de estudio y enfocó sus energías científicas en analizar cómo provocar una  sonrisa en el espectador. Provocado el cambio de rumbo, Roberto Alonso siente que ahora es dueño de su vida y su felicidad está detrás de un muñeco de gomaespuma.

«Cuando me fui a estudiar Bioquímica ya hacía mis pinitos de malabares con Zaskatimba. Hacía cosas de calle y animación, pero técnicamente no me veía capacitado para dedicarme a ello», confiesa desde La Parrala, donde se ha instalado como titiritero. Tras hacer una carrera «de provecho»            -que dirían los abuelos-, se centró en labrarse un futuro como científico, sin dejar de asistir como espectador a festivales de títeres. Pero ya se sabe lo que pasa en España con los investigadores: o te vas a trabajar fuera o mal vives con becas. Cuando a Roberto Alonso le echan por los recortes -¿les suena, no?-, decide dejar de ser una marioneta al amparo de las subvenciones. «Lo uno era trabajar 12 ó 13 horas al día y fines de semana, con sueldo fijo pero sin vida personal e invirtiendo un esfuerzo que nadie valora. Y en el otro extremo, supone ganar menos dinero, tener más tiempo para mí y disfrutar. He dejado el estrés y soy feliz», resume para explicar su nuevo proyecto de vida.

«Mientras trabajaba todavía de investigador me apunté a la Escuela de Títeres Titirearte de Barcelona y a la Casa-Taller de Marionetas de Pepe Otal. Aquello me enganchó de tal manera que empecé a barajar la opción de abandonar la ciencia. Quedarme en el paro fue el empujón que necesitaba», recuerda sin arrepentirse.

El estreno de Roberto Alonso como titiritero no pudo irle mejor. Viajó con su maleta, una maleta que será parte de su vida como teatrero, al Festival Mundial de Marionetas de CharlevilleMezières, en Francia, para probar suerte en la calle. Allí llevó a su Errabundo Pelele, un títere encerrado en una maleta que había creado dos años antes, en 2009, y al que no le había dado aún un sentido: «Un día abrí la maleta, lo vi allí metido, pensé en el tiempo y los viajes de una ciudad a otra que hizo conmigo y tenía la respuesta delante de mí:  Errabundo Pelele, un títere olvidado en su maleta errante».

Tras presentar su espectáculo  por buena parte de España, México, Guatemala y Costa Rica, el muñeco de gomaespuma que se comporta como un payaso torpe y al que le gusta buscar la complicidad de la gente, la foto y la sonrisa del espectador, emprendió viaje a Burgos, donde títere y titiritero han decidido establecerse.

Un festival en casa

Una vez que probó suerte en Francia, y tras quedarse sin la nómina de investigador, Errabundo Pelele  emprendió rumbo a América Latina con el dinero que tenía ahorrado: «Nos fuimos cinco titiriteros. La idea era viajar durante un año en un autobús que transformamos en un taller ambulante y dar espectáculos. Nos llamábamos Laboratorio Titirinante y estuvimos varios meses».

Durante el viaje Roberto Alonso se independizó y Errabundo Pelele como Compañía de Títeres Errante empezó a crecer hasta llegar a tener su propio alter ego: Errático Swing, más distante y observador que su compañero, que viste con pajarita, lleva bigote y gafas redondas y  comparte sus aficiones poéticas y musicales con el espectador: «A Errático le gusta más la improvisación en la calle, la acción poética y el hecho de romper la barrera entre el público y el espectáculo. En su máquina de escribir (una Remingon 1936) teclea versos de Machado, Neruda o Bécquer y los mezcla con textos de acción poética callejera a los que acompaña con melodías de su gramófono. Errabundo, en cambio, es más payaso, divertido y pícaro».

Errático Swing es el espectáculo con el que se dará a conocer al público burgalés, en el XVFestival EnClave de Calle, que se celebra del 19 al 21 de septiembre. «Cuando me instalé en enero de nuevo en casa y me acogieron en La Parrala empecé a moverme por aquí. Llevé mi propuesta al Ayuntamiento y me llamaron para que presentara mi proyecto en el EnClave. Y, claro, estoy encantado porque mi idea es tener el campamento base en Burgos».

Para el invierno, cuando la calle resulte incómoda y fría, Errabundo Pelele. Compañía de Títeres Errantes se adaptará para lucirse en recepciones culturales, eventos o animaciones. Preparará también un espectáculo de sala y un taller sobre el mundo de los títeres para ofrecer en las escuelas.