Un vencedor con pedigrí

AGENCIAS
-

Van Poppel logra el triunfo en una carrera que vio ganar a su padre hasta en nueve ocasiones

Danny Van Poppel (Trek) hizo ayer el mejor homenaje posible a su padre, Jean Paul, ganador de nueve etapas de la Vuelta a España entre 1991 y 1994, al alzar los brazos como vencedor de la duodécima jornada de la presente edición, disputada entre Escaldes-Engordany (Andorra) y Lleida sobre 173 kilómetros. El italiano Fabio Aru (Astana), por su parte, conserva el ‘maillot’ rojo de líder de la general.

Una larga escapada de cinco ciclistas, Alexis Gougeard (Ag2r-La Mondiale), Miguel Ángel Rubiano (Team Colombia), Maxime Bouet (Etixx-Quick Step), Jaco Venter (MTN-Qhubeka) y Bert Jan Lindeman (LottoNL-Jumbo), formada desde la salida en Andorra y que se entendió bien durante gran parte de la jornada, estuvo a punto de llegar a buen puerto. Pero, finalmente, su último superviviente, Bouet, fue engullido por un pelotón desbocado a escasos centenares de metros de la línea de meta.

Una aceleración del Lampre Mérida dio continuidad en el gran grupo al trabajo del Trek, que, a su vez, vigilaba a Tom Dumoulin que, el día después de perder el rojo, trabajaba para John Degenkolb (Giant-Alpecin) , su velocista y claro candidato al triunfo en Lérida. Pero, una vez más, se le resiste la victoria en esta edición al alemán, ganador de cuatro etapas en la Vuelta 2014 y de otras cinco en la edición de 2012. En esta ocasión, volvió a demostrar tener piernas, como en etapas anteriores, pero, a pesar de estar bien situado, se vio encerrado por los hombres del Lotto y, claramente, se dejó entrar en meta al ver que no podía salir del tapón en el que se encontró al decidir no ir por fuera.

 Sí se metió en la zona limpia el vencedor de la etapa, un joven Danny van Poppel, de solo 22 años que logró en tierras catalanas su sexta victoria profesional, pero la de más peso. Sufrido triunfo, además, puesto que pinchó a 11 kilómetros y tuvo que hacer un esfuerzo extra para volver al pelotón, donde el Trek dejó de trabajar hasta su regreso. Un acelerón final le metió en cabeza y supo mantenerse ahí y entrar con clara superioridad por delante de Daryl Impey (Orica-GreenEdge) y Tosh van der Sande (Lotto-Soudal).

Hoy, la ronda española vivirá la decimotercera jornada, que se disputa entre Calatayud y Tarazona sobre 178 kilómetros, con un perfil engañoso en el que podría formarse una buena fuga y en el que tendrán que estar especialmente vigilantes los hombres de la general, quizá no tanto por la dureza de sus tres puertos, sino para evitar pájaras que les puedan eliminar, en una zona donde suele haber fuertes vientos.

Una etapa aragonesa repleta de ascensos y descensos y que cuenta con tres puertos. El primer escollo será el Alto Collado de Oseja (tercera categoría), preludio del Alto de Beratón, una ascensión de primera que cuenta con rampas de casi el ocho por ciento, aunque se encuentra lejos de meta, a 106 kilómetros. Más cerca de Tarazona está el Alto de Moncayo, a 34,5 kilómetros de una meta que picará levemente hacia arriba.