La superficie micológica acotada superará las 100.000 hectáreas

G.G. Ubierna | Burgos
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Las tres zonas reguladas dentro del proyecto autonómico Micocyl están negociando la ampliación de su superficie y el coto Pinares del Sur también ha incluido más montes. En total, un 30% más que en 2013

La superficie micológica acotada superará las 100.000 hectáreas - Foto: Luis López Araico

 
La superficie de la provincia en la que la recolección de setas está acotada y obliga a pagar unas tarifas en función del uso que se le vaya a dar a los hongos se incrementará para la inminente campaña; no con la creación de nuevas zonas reguladas, sino con la ampliación de las tres ya existentes y operativas dentro del proyecto autonómico Micocyl. Este plan, que se puso en marcha hace años y que se gestiona desde el soriano Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), regula en este momento 63.000 hectáreas repartidas en tres zonas: Las Merindades, Montes de Oca y Demanda-San Millán. Ahora, los técnicos están conversando con propietarios de montes próximos a estas áreas reguladas para incrementar la superficie de cada una de ellas. 
A estas hay que sumar las 30.000 hectáreas del coto Pinares del Sur, impulsado en 2013 por siete ayuntamientos de la Demanda. Es decir, que la campaña arrancará en Burgos con aproximadamente 100.000 hectáreas bajo supervisión y de pago, un 30% más que el año pasado y un 60% si se compara con los datos con los que arrancaba la campaña en 2012.
Los beneficios de poner puertas al monte son, fundamentalmente, sacar la máxima rentabilidad a un recurso natural que solo por los permisos expedidos genera más de 100.000 euros por temporada (tanto otoño como primavera) y minimizar al máximo prácticas devastadoras en los montes, que no solo arruinan la campaña en cuestión sino las venideras. Y para ello, los Ayuntamientos o los propietarios de los montes públicos tienen tres opciones: acotar por su cuenta, hacerlo en colaboración con otros municipios (como ya hicieron en 2013 siete pueblos de la Demanda con la creación del coto Pinares del Sur de Burgos, que ahora tiene 12 socios y 30.000 hectáreas), o sumarse al proyecto autonómico impulsado por Cesefor y amparado por la Consejería de Medio Ambiente y las nueve Diputaciones, Micocyl, que permite comercializar el producto obtenido bajo el sello de calidad Setas de Castilla y León.
El hecho de formar parte de una zona regulada, en cualquiera de las modalidades, implica que hay una mayor vigilancia del furtivismo, bien por parte del personal de la Guardia Civil, el Seprona, o bien por el personal especializado que contraten los socios del coto con este cometido. Y en el caso de Pinares del Sur de Burgos, ha sido el hartazgo de vecinos y ayuntamientos ante las prácticas abusivas de determinados recolectores lo que les ha llevado a limitar la recolección. Así lo manifestaron los cinco nuevos socios (Santo Domingo de Silos, Carazo, Caleruega, Cabezón y Espinosa de Cervera) que la pasada primaversa se unieron a los siete fundadores (Hontoria del Pinar, Pinilla de los Barruecos, Huerta de Rey, Arauzo de Miel, Rabanera del Pinar, Mamolar y La Gallega).
Otro de los argumentos que más destacan los defensores y partidarios de la regulación (sobre todo aquellos que gestionan el proyecto autonómico, Micocyl) es que los cotos no solo ‘complican’ el furtivismo, sino que garantizan la sostenibilidad del recurso a lo largo del tiempo porque limitan las cantidades a recoger y los usos. Es decir, los recolectores pagan una cantidad que oscila entre los 3 y los 300 euros de acuerdo a la cantidad y al uso que le van a dar a esas setas. Si su objetivo es pasar un buen rato obtendrán un permiso económico, de tres o cinco euros por dos días en cualquiera de las tres zonas reguladas de Burgos, pero también tendrá una limitación de 5 kilos. Y el objetivo y el uso que se le va a dar a las setas es comercial, las condiciones cambian. En este sentido, no se establece de antemano el máximo a recolectar, sino que depende de la cantidad de recursos disponibles en la temporada. No obstante, las condiciones relativas a cada tipo de permiso pueden consultarse en la página web Micocyl.es, en la que también se puede tramitar la autorización.
 
producción baja. Apesar de que la campaña 2014/2015 está a punto de comenzar, todavía no se puede pronosticar si va a ser buena, mala o regular. En la página web del proyecto Micocyl hay un mapa que se actualiza cada semana y que ofrece información acerca de la producción estimada para los Montes de Soria (se supone que con el tiempo se hara lo mismo con el resto de zonas incluidas en el proyecto) y, a fecha del pasado 16 de septiembre, se estimaba que la producción es baja. No obstante, todo dependerá de las lluvias de las próximas semanas y de que haya o no heladas tempranas que interrumpan la campaña o que, como ocurrió el año pasado, permitan prolongarla casi hasta diciembre.
Sin embargo, el otoño pasado no fue excepcionalmente bueno para expertos ni para recolectores. Así lo atestiguan los 4.391 permisos expedidos por los técnicos del proyecto Micocyl para la provincia de Burgos, mil seiscientos menos que en el otoño de 2012, cuando la provincia solo tenía dos zonas reguladas (40.000 hectáreas) en lugar de las 63.000 que se habilitaron el año pasado con la entrada de Demanda-San Millán al proyecto autonómico. Sin embargo, desde Cesefor explican que esos datos son provisionales porque habría que sumar los permisos correspondientes a la pasada primavera, una cifra que no se cierra hasta comienzos de agosto y de la que, según dijeron, todavía no hay datos concretos.