En el corazón de la energía renovable

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La minicentral hidráulica de Ambasaguas (León) genera energía de manera limpia, únicamente aprovechando el curso del río

Fernando Martínez (i), Alberto Peña y Antonio Martín en el embalse. - Foto: Ical

En un entorno privilegiado en dirección a la Montaña Leonesa, junto al cauce del río Porma en el municipio de Vegaquemada (León) se encuentra, casi totalmente aislada del ruido y con el único sonido del agua, una de las 28 minicentrales hidráulicas que la compañía Iberdrola tiene repartidas por toda la Comunidad. Desde este enclave, con el único impulso del agua del río, se genera energía eléctrica que permite abastecer a unas 400 viviendas de la zona.
 
La compañía eléctrica sigue apostando por estas infraestructuras como una manera de reafirmar su compromiso por el desarrollo de las energías renovables, y estas minicentrales son un claro ejemplo de ello. En el caso de la minicentral de Ambasaguas, se encuentra ubicada en un edificio con más de un siglo de vida en el que también su maquinaria, renovadas en los últimos años, data de principios del pasado siglo XX.
 
La maquinaria que todavía puede verse en el interior de la minicentral es la original de hace más de 100 años, aunque lógicamente ha sido necesario acometer arreglos posteriores, como sustituciones, automatizaciones, arreglos de la obra civil y otras actuaciones, en lo que es una inversión continua en este tipo de instalaciones. 
 
En sus orígenes, en este edificio residían tres familias y un coportero en la zona superior, que eran los que se encargaban del funcionamiento de esta planta. «Cuando demandaba León más energía y no había agua suficiente, se abría el embalse para generar más potencia a esas horas, así que había tres familias y un jefe de central», explica el responsable de minicentrales de Iberdrola en Castilla y León, Alberto Peña.
 
La central de Ambasaguas turbina un máximo de 92 metros cúbicos por segundo, con un salto bruto de 23,97 metros, es decir, tiene una potencia instalada de 1.580 kilovatios y cuenta con tres grupos horizontales, dos más pequeños de 430 kilovatios y otro mayor de 900 kilovatios. La energía generada «se mete en la red» y puede abastecer a unas 400 viviendas «con la producción estimada media que tiene la instalación», acláral el jefe de zona, Antonio Martín.
 
Embalse. En el caso de esta central, que recibe el agua desde el embalse del Porma, es unos cuatro kilómetros río arriba donde se encuentra lo que podría decirse que es el inicio del proceso de generación de la energía. El curso del propio río y la instalación adaptada para este fin están acompañados por numerosos detalles que permiten rentabilizar y mejorar este trabajo.
 
Junto a la carretera puede observarse una pequeña caseta que permite el acceso a la parte superior de la escala de peces, una infraestructura perfectamente estudiada para su correcto funcionamiento y el fin para el que fue creada. «El canal se quedaba llenísimo de peces», recuerda el responsable de Iberdrola Renovables en Castilla y León, Fernando Martínez Riaza, que señala hacia tres herrajes en cuyo interior hay unos altavoces que emiten unas frecuencias cambiantes. «Así se consigue que el pez se ahuyente y marche hacia arriba otra vez, y se evita que entre en el canal», añade.
 
Es en este punto donde el caudal del río desvía una parte hacia el canal que se dirige a la minicentral, aunque eso no evita la conservación de un caudal ecológico «para respetar el cauce del río», insiste Martín. Este canal continúa para concluir en la minicentral hidráulica donde, en el exterior, en una zona de mayor altura, se visualiza la cámara de carga, con una balsa de grandes dimensiones. 
 
Eso ocurría allá por los años 30, porque posteriormente se acometió la ampliación de una de las máquinas, una de las turbinas con el doble de potencia que las otras dos de la minicentral.