La Consejería de Educación movilizará durante los próximos tres años 15,6 millones para una línea de ayudas que persigue posicionar a grupos y centros de investigación, principalmente universitarios, en la excelencia nacional e internacional, mediante su solicitud a becas tan reputadas como las Severo Ochoa y María de Maeztu. La cifra se conoció ayer durante una visita del consejero del ramo, Fernando Rey, al nuevo aulario Induva de la Escuela de Industriales de la Universidad de Valladolid, donde se presentó públicamente el Instituto de Procesos Sostenibles (IPS) de la institución académica, que obtuvo 850.000 euros de esta financiación para sus proyectos. 

«Con estos fondos los grupos pueden contratar personal para aumentar la calidad de las investigaciones y las publicaciones en revistas de impacto», señaló el comisionado para la Ciencia y la Tecnología, Juan Casado, quien recordó que la mitad la aporta la Junta con fondos propios y la otra mitad, proceden de Feder.

En este sentido, Fernando Rey ensalzó esta nueva línea de investigación de su departamento, que surgió tras el «análisis de la producción científica, que cuenta con gran rendimiento, pero es toda a nivel individual». «Queremos potenciar los grupos; ayudarles a alcanzar la liga nacional máxima», sostuvo. 

Rey consideró durante su visita al centro vallisoletano que la UVA, además de sus estudios «clásicos y de ciencias puras que brillan a gran nivel», cuenta con un «hecho diferencial», como es el área tecnológica, desarrollada porque en la ciudad y su entorno se encuentra el principal tejido industrial de la Comunidad. 

«Se ha hecho mucho y buen trabajo en este campo», defendió el consejero, que apeló a la necesidad de que los alumnos se inclinen por los estudios denominados Stem (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), porque en el caso de los que cursan Educación, «hay más demanda que puestos de trabajo». «Necesitamos más ciencia y tecnología, que es el futuro. Y la incorporación de más mujeres a estos estudios», cerró.

Para la segunda convocatoria, cuyo plazo de solicitud concluyó este martes, se han presentado cinco propuestas, que son «evaluadas por una comisión internacional». De ellas, tres corresponden a la Universidad de Valladolid, si bien Casado no ofreció más detalles al respecto. 

Todas las propuestas que salgan elegidas tienen un periodo de cinco años para su desarrollo, tiempo en el que deben estar a disposición de presentarse como candidatos a las becas, según informa Ical.