Multitudinario adiós a Nemtsov

Agencias
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Miles de moscovitas despiden al opositor ruso en un emotivo funeral que cuenta con la presencia del viceprimer ministro y al que el Kremlin impide la asistencia de eurodiputados

 
 
Miles de claveles rojos inundaron ayer Moscú en una multitudinaria despedida al líder opositor ruso Boris Nemtsov, asesinado la noche del pasado viernes a sangre fría y que fue enterrado en el cementerio Troyekurovo de la capital, en el que también yacen los restos de la periodista Anna Politkovskaya, asesinada en 2006.
A pesar  de las gélidas temperaturas, ante el centro Sajarov, donde se dispuso la capilla ardiente, se formó una fila de cientos de metros y muchos de los congregados tenían lágrimas en los ojos.
«Nada cambió, fuese gobernador, viceprimer ministro u opositor. En cada puesto siguió siendo una persona clara y sincera», afirmó Naina Yeltsina, viuda del expresidente Boris Yeltsin.
Amigos del difunto resaltaron su trabajo y, a pesar de que desde el Kremlin insisten en negar cualquier implicación en el asesinato, sus seres más cercanos aseguraron que el fallecido «ha sido víctima de la atmósfera de odio generada contra cualquiera que se oponga al presidente», Vladimir Putin.
«Los disparos fueron realizados, no solo contra Nemtsov, sino contra todos nosotros, contra la democracia en Rusia», defendió Gennadi Gudkov, un destacado oponente al Gobierno, en un discurso junto al ataúd. «Nunca pensamos que esto podría ocurrir, pero sucedió. Descansa en paz, mi amigo, tu trabajo será continuado», prometió.
Familiares del político de 55 años y que recibió cuatro tiros por la espalda, depositaron en su tumba coronas de flores con lazos con los colores de la bandera nacional. 
Por su parte, el copresidente del partido del opositor, Mijail Kasianov, argumentó que su compañero pasará a la Historia como un reformista. «Un gobernador exitoso se convirtió en un cargo gubernamental exitoso, viceprimer ministro y reformista», insistió.
«Fue un horrible asesinato político de alcance nacional, un tremendo dolor, conmoción y miedo», relató, por su parte, el exjefe de la formación de Nemtsov, Vladmir Rizhkov, quien tildó el crimen de «pérdida irreparable». «Era un líder absoluto, será imposible reemplazarle», argumentó.
«Siento como si Putin me hubiese asesinado a mí. Era nuestra esperanza», agregó Tatiana, una ciudadana que presentó su respeto.
El fallecido, viceprimer ministro bajo el Ejecutivo de Yeltsin entre 1997 y 1998, es la figura opositora más relevante en ser asesinada en Rusia durante los 15 años de mandato de Putin.
Como gesto de conciliación del Kremlin, el número dos del Gabinete, Arkadi Dvorkovich, se unió a los ciudadanos que hicieron fila para acceder a la capilla ardiente. El vicepremier, del bando liberal cada vez más marginado en el Gobierno, llevó un ramo de flores.
Sin embargo, a varios políticos de la Unión Europea que querían despedirse de Nemtsov se les negó el visado para viajar a Rusia, lo que generó cierto revuelo a nivel internacional. El Ministerio de Exteriores polaco presentó una nota de protesta después de que se negase la asistencia al presidente del Senado, Bogdan Borusewicz. El departamento de Exteriores letón criticó también que Moscú no permitiese acudir a la eurodiputada letona Sandra Kalniete. 
Nemtsov fue asesinado en plena calle y a sangre fría cerca del Kremlin. Por el momento, nada se sabe sobre los autores de los disparos. La acompañante de Nemtsov, una joven de 23 años que resultó ilesa, abandonó Rusia la noche del pasado lunes tras varios días de interrogatorios.