Los hermanos Briviesca buscan sus raíces

M. José Fernández / Briviesca
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Priscila ha llegado desde Washington D.C. y Alejandro desde la República Checa

Los dos abogados mejicanos posan paraDBjunto a un cartel indicador. - Foto: M.J.F.

La llegada a la capital burebana de Priscila y Alejandro Rodríguez Bribiesca, dos hermanos mejicanos que se dedican a la abogacía y que buscan sus raíces en España, fue ayer un pequeño acontecimiento en Briviesca y hasta el alcalde, José María Ortiz, quiso estar con ellos para conocer su historia. Ella reside en Washington D.C. y él en la República Checa. Ambos se han juntado este año para recorrer el itinerario francés del Camino de Santiago partiendo de Roncesvalles.

Una vez llegados a Belorado y sin pensárselo dos veces, han desviado su rumbo y han tomado un taxi para plantarse en Brivesca. «Una tía nuestra nos habló de la existencia de este lugar y hemos querido venir; antes de llegar pensábamos que íbamos a encontrar aquí a mucha gente que se apellidara Bribiesca y que fueran de nuestra familia pero… nadie se apellida Bribiesca aquí», afirmó sorprendida Priscila.

Nada más llegar, ella se metió en la Biblioteca Municipal en busca de información. Devoró los libros del investigador francés Francis Brumont sobre la población briviescana en los últimos siglos por si ver si encontraba a su ancestro original. «Tenemos que investigar la existencia de un notario real que vivió en tiempos de Cristóbal Colón y que al parecer se apellidaba Bribiesca», explicó. La letrada mejicana estaba visiblemente excitada con la experiencia. Durante su visita a la Oficina de Información y Turismo no dejaba de hablar de sus posibles orígenes y explicó que los Bribiesca de Méjico se concentran en el estado de León y que buena parte de ellos han sido zapateros y que incluso alguno ha llegado a tener un gran emporio. Sin duda, ayer vivió una experiencia única a pesar de que la idea de acercarse hasta la capital burebana fue de su hermano Alejandro y la primera respuesta de Priscila fue: «¡qué flojera!». Pero ayer todo cambió. «Me quedaría unos meses aquí a pintar para llevarme los cuadros a Washington y vengan por acá y vean que es una ciudad chiquita y bonita», dijo. Priscila está haciendo el Camino de Santiago y aprovechando para difundir una campaña para salvar el bosque sagrado de la comunidad indígena Otomi Mexica. «Pedimos donaciones a través de Indiegogo», explicó.