La victoria de hace ocho días en Fuenlabrada puso fin al pésimo balance del San Pablo como visitante y mañana tiene una excelente oportunidad para dar continuidad al buen juego mostrado en tierras madrileñas. El conjunto burgalés juega ante el Herbalife Gran Canaria, uno de los mejores equipos de los últimos años y que tuvo su justa recompensa clasificándose para la Euroliga. Sin embargo, afrontar las dos competiciones está siendo muy duro y así lo demuestra en la clasificación, donde figura en una discreta decimoquinta plaza, con cuatro victorias y nueve derrotas, a un triunfo del San Pablo. Su irregular temporada ya le costó el puesto a Salva Maldonado, cesado el pasado 4 de diciembre y sustituido por un hombre de la casa, Víctor García, que ha dado otro aire al equipo y llega a esta cita después del triunfo ante el Zalgiris el viernes.

Al Herbalife le está costando afrontar las dos competiciones, pero la calidad de su plantilla es incuestionable. Mantiene la base de la pasada campaña, con jugadores tan determinantes como Oliver, Eriksson, Báez, Balvin, Rabaseda y Oriol Paulí. Además se han reforzado con jugadores de mucha calidad, sobre todo el escolta Darryl Strawberry o el ala-pívot Kin Tillie. Y hoy debutará su nuevo base, Josh Magette, que llega para cubrir la necesidad más imperiosa del equipo en la dirección del juego.

Precisamente el problema que supone para los canarios afrontar las dos competiciones es una de las armas que debe aprovechar el San Pablo. La llegada de Vitor Benite y Lima ha revitalizado al equipo de Epi, que ahora puede manejar muchas más opciones, sobre todo ofensivas. Ya lo demostró en Fuenlabrada, donde el San Pablo fue muy regular y supo mantener la intensidad en su juego hasta el último segundo. Epi cuenta ahora con doce jugadores, una rotación mucho más amplia, tanto en defensa como en ataque, y una mayor intensidad defensiva, con un Augusto Lima muy activo y trabajador en la zona.