El Gobierno repatriará desde África a un español con ébola

Agencias
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El misionero Manuel García Viejo, de 69 años de edad y director médico de un hospital en Sierra Leona, da positivo por la enfermedad y expresa su voluntad de volver a su país natal

El Gobierno repatriará desde África a un español con ébola

El misionero Manuel García Viejo, director del Hospital San Juan de Dios en Lunsar, será repatriado a España por el Gobierno español tras ser diagnosticado de ébola en Sierra Leona, según informó ayer el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Manuel García Viejo, de 69 años y natural de Folgoso de la Ribera (León), es el gerente médico de un centro sanitario y pertenece a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD).

Según informó la organización, el misionero se encuentra, en estos momentos, recibiendo cuidados sanitarios en una Unidad de Ebola del hospital de Freetwon, y expresó su idea de volver a España, tras lo cual la orden solicitó al Ejecutivo nacional su traslado desde Sierra Leona.

El religioso es médico especialista en medicina interna y diplomado en medicina tropical, y pertenece a la OHSJD desde hace 52 años. Asimismo, ha dedicado los últimos 30 años a trabajar en África, y desde hace 12 años es el director médico del Hospital San Juan de Dios en Lunsar.

Los vecinos de Folgoso de la Ribera mostraron su preocupación tras conocer la noticia. Un amigo de la infancia, Francisco Torres, explicó que el religioso, desde pequeño, «ha estado ligado a la Orden San Juan de Dios» y destacó su humanidad y su generosidad.

La de García Viejo será la segunda repatriación desde el continente negro que haga el Gobierno de un infectado por ébola que se ha cobrado la vida de más de 2.600 personas. El primero fue el misionero Miguel Pajares, que llego a España desde Monrovia (Liberia).

El sacerdote Pajares falleció el pasado 12 de agosto en el complejo hospitalario Carlos III de Madrid, donde estaba siendo tratado por el suero milagroso, el medicamento ZMapp llegado de EEUU. Pajares llegó a tierra patria junto con la hermana Juliana, que, finalmente, dio negativo en los test del virus.

Para abordar los detalles del nuevo traslado, la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, se reunió con responsables de los Ministerios de Asuntos Exteriores y Cooperación y de Defensa.

Manuel García Viejo llegará a Madrid entre hoy y mañana, según anunció la directora general de Salud Pública y Calidad e Innovación, Mercedes Vinuesa, quien indicó que todo apunta que será tratado en el complejo hospitalario La Paz de Madrid.

Al mismo tiempo, aseveró que el riesgo de salud pública es «prácticamente nulo».

La responsable médica añadió que no hay más españoles en el Hospital San Juan de Dios en la ciudad de Lunsar, si bien la Orden tiene otro hospital en el país. Finalmente, afirmó que las comunicaciones con el Estado han sido complicadas.

De hecho, el Gobierno de Sierra Leona impuso, el pasado viernes, un toque de queda de tres días para frenar la expansión del brote en el país, donde el número de infectados supera ya el medio millar. Durante estas jornadas, unos 30.000 voluntarios y sanitarios visitarán casa por casa para concienciar a los seis millones de habitantes de la patología y aislar a los enfermos.

Por otra parte, el asesinato en Guinea de ocho personas que trataban informando sobre el ébola, ha puesto de manifiesto la desconfianza que existe en las poblaciones rurales de África occidental ante las autoridades tras años de inestabilidad y conflicto, tal y como denunciaron desde la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Guinea se ha visto paralizada por décadas de corrupción e inestabilidad política, mientras que el resto de países que más están sufriendo el brote, Sierra Leona y Liberia, han vivido guerras civiles durante la década de los noventa. El legado de estos traumas ahora representa un riesgo para los trabajadores de la salud que luchan contra la pandemia.

«La población de las zonas boscosas realmente ha sufrido mucho en los últimos 20 años. Continúan en una situación de postconflicto y hay una falta de confianza, obviamente, entre estas poblaciones y los diferentes Gobiernos de los tres países», apuntaron desde la OMS.

«Tenemos que continuar la lucha, investigar estos asesinatos, pero no nos debemos separar. Debemos seguir con el diálogo con la comunidad para explicar nuestro trabajo, mostrar nuestra empatía con las víctimas, con las familias y con las comunidades», añadieron desde la organización.