Hoy, croquetas con las sobras de ayer

Gadea G. Ubierna / Burgos
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El Ayuntamiento quiere crear una web en la que dar consejos para aprovechar la comida y evitar que se tire. También planteará repartir táperes en restaurantes o la 'hora feliz' del pincho

Uno de los objetivos prioritarios del nuevo Programa municipal de Prevención de Residuos es conseguir que no haya alimentos en la basura. El Ayuntamiento de Burgos no ha hecho ningún estudio concreto acerca de cuánta comida se desecha en los hogares ni tampoco en qué condiciciones se tira; es decir, si en origen está intacta o ya en proceso de putrefacción. Sin embargo, sí se sabe que aproximadamente un 32% del contenido de las bolsas de los contenedores grises es materia orgánica y el objetivo de la concejalía de Medio Ambiente es que en ese porcentaje no haya ni un gramo de comestibles aprovechables. Para ello, el Programa municipal de Prevención de Residuos contempla la posibilidad de organizar talleres de cocina con sobras de comida o, incluso, habilitar una web en la que incluir recetas de platos a base de restos.

La Unión Europea se ha propuesto reducir a la mitad el despilfarro de alimentos a lo largo del próximo lustro, argumentando que es inadmisible que se tire a la basura comida cuya producción ha tenido un coste energético a menudo alto y ha conllevado el empleo de recursos naturales. El Ayuntamiento de Burgos colaborará en la medida de sus posibilidades tratando de dar consejos acerca de buenas prácticas a la hora de hacer o almacenar la compra o difundiendo más activamente la actividad del Banco de Alimentos, pero también a través de otras vías más novedosas en la capital.

Entre ellas, planetan la posibilidad de fomentar la puesta en marcha de una ‘hora feliz’ del pincho en distintos establecimientos de hostelería (y contando con ellos para la organización, obviamente) para fomentar el consumo en horas habitualmente bajas y conseguir dar salida a una cantidad más alta de pinchos para evitar que puedan llegar a convertirse en residuo. Otra de las nuevas alternativas que propondrán al sector será repartir táperes a los establecimientos interesados para que los clientes se puedan llevar comida no consumida y evitar que acabe en la basura.

Con los comerciantes también se intentará llegar a acuerdos para impulsar la venta de productos frescos a granel y evitar la generación de envases -casi siempre de plástico- que luego hay que tratar y que, a juicio de los promotores del plan, también favorecen una compra menos ajustada a las necesidades reales del consumir que si se hace a granel.

Portabocatas

En este sentido, el Ayuntamiento también parece estar convencido de la necesidad de reducir los plásticos y otros materiales propios de envases que tienen que dar salida en el Centro de Tratamiento de Residuos de Cortes. Y para conseguir que se reduzca la compra de botellines de agua, el Ayuntamiento ha comprado 2.500 cantimploras reutilizables para repartir entre los ciudadanos en diversos eventos deportivos y concienciar de la necesidad de evitar generar más desechos plásticos.

Con este mismo objetivo se han adquirido otras 2.500 unidades portafrutas y portabocadillos (también útiles como mantel) para que sustituyan a materiales como el film transparente o el papel albal, muy difícil de reciclar. Al igual que las cantimploras, se repartirán en diversos eventos deportivos o públicos.

Carolina Blasco apunta que son ideas que pueden ir cambiando o mejorándose con el paso del tiempo, pero destaca que son ideas diferentes que pueden calar mejor en la sociedad.