La alta velocidad, los aeropuertos y algunas autovías han supuesto un despilfarro de dinero público que ha lastrado las arcas delEstado como pocas veces antes. Así se desprende del informe ‘Aproximación a la geografía del despilfarro en España: balance de las últimas dos décadas’, realizado por la Asociación de Geógrafos Españoles en colaboración con las universidades de Barcelona, Girona, Valencia, Cantabria, la Complutense de Madrid, Tenerife, Sevilla, Málaga y Alicante. El estudio es demoledor: cifra en 47.500 millones de euros anuales son consecuencia de los sobrecostes ocasionados por un deficiente sistema de contratación pública que no garantiza la competencia.
En las dos últimas décadas, de acuerdo con las estimaciones de los geógrafos, las administraciones públicas han comprometido más de 81.000 millones de euros en infraestructuras innecesarias, abandonadas, infrautilizadas o mal programadas. Una cantidad que puede superar los 97.000 millones en un futuro próximo si se suman las obligaciones ya adquiridas. La provincia de Burgos no está al margen de este despilfarro. El informe destaca especialmente dos infraestructuras que encajan a la perfección en esa política desnortada que grava las arcas públicas: la A-12, autovía Burgos-Logroño, y el aeropuerto Burgos-Villafría. Además del AVE, claro.
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