La entrada en vigor de una nueva ley lleva a la sociedad a la que obliga a realizar cambios en su forma de actuar. Este es el caso de la llamada Ley Antitabaco, que entró en vigor el 2 de enero de 2011, que prohibe fumar en cualquier tipo espacio de uso colectivo. A estas alturas, cuando la normativa está vigente desde hace casi dos años, aún hay lugares donde se puede estar incumpliendo esta ley.
Un ciudadano ha elevado una denuncia el pasado mes de junio, a través de la delegación en Burgos del sindicato CGT, alertando de que en algunas dependencias del Hospital de los Santos Reyes se incumple la Ley Antitabaco. «Llega un punto en el que no sabes que hacer para que en un hospital, que debería ser el último sitio del mundo donde se debería fumar, sea el primero donde se haga», asegura el denunciante, que es un miembro de la plantilla del hospital.
En concreto, las sospechas de que se fuma dentro de las instalaciones hospitalarias lo lleva constatando desde hace tiempo aunque no tiene pruebas visuales de ello. «Huele a tabaco por algún pasillo de forma clara, lo puede percibir cualquier persona, en una ocasión yo recuerdo a un acompañante de un enfermo quejarse de que oía a tabaco; no hace falta ver a nadie con el cigarro, que tampoco lo vas a ver porque están detrás de una puerta y va a evitar que le veas, pero el olor a tabaco creo que no se puede esconder», explica este ciudadano. En concreto, acota el espacio dónde más percibe el olor a tabaco en el pasillo donde se encuentra el despacho de Traumatología y un vestuario, en la primera planta del centro.
Este trabajador afirma que, antes de presentar la denuncia ante el servicio territorial de Sanidad y Bienestar Social de la Junta en Burgos, hizo llegar de manera anónima sendas quejas a la gerencia del Hospital de los Santos Reyes y al servicio de atención al paciente, «para no enfrentarte con los compañeros» justifica el anonimato el denunciante.
Desde que se interpuso la denuncia, el promotor de la misma no ha vuelto a tener noticias por parte del sindicato a través del cual se presentó. «Me mandaron un escrito de que se había presentado la denuncia en Bienestar Social y, al parecer, pidieron la ratificación o algo así y al no tener respuesta se había archivado», explica el trabajador del centro hospitalario, que teme que la burocracia administrativa vaya a parar su queja aunque asegura que no piensa cejar en su empeño de que se cumpla la ley en lo que debería ser un espacio de salud.